domingo, abril 29, 2018

Ibiza en extremo peligro

Toda la vida ahorrando para ir a Venecia, pero cuando al fin consigues estar ahí, te sientes estafado y desearías no haber ido.
Ibiza está en extremo peligro por la despiadada sed de especulación. Pocos sitios pueden compararse a Ibiza, pero si me lo permiten hoy voy a echar mano de otra isla que está sufriendo la misma ferocidad en su carnes: Venecia. En este aspecto son como dos gotas de agua, nunca mejor dicho, pues ambas viven y están rodeadas de ella.
Venecia está construida no en una sino sobre varias islas en una laguna del mismo nombre y como Ibiza sufre las trombas de visitantes en fechas señaladas que ponen literalmente en peligro su supervivencia. Ambas islas son pequeñas, Venecia 414 km, por 572 Ibiza y las dos han tenido profundos contactos con los fenicios en sus orígenes.
En puentes y durante el verano, las autoridades vénetas emprenden una campaña operativa para mantener la funcionalidad y la seguridad del recinto urbano, que según se sabe no está edificada propiamente sobre las islas primigenias, sino sobre estacas de madera. Conservadas por la salinidad, pero hoy puestas en riesgo por... las vibraciones de los motores de las barcas.
Pero el gran problema de Venecia es el mismo de Ibiza: la gente, las manadas, las turbas, la tsunami demográfica que masacra la tranquilidad, los nervios y las infraestructuras de la ciudad flotante. ¿Les suena de algo? 
Otro problema agudísimo es la vivienda. De hecho, muchos vénetos de toda la vida están abandonando su hogar y venden las propiedades que han alcanzado unos precios irracionales. Ahora los políticos locales caen en la cuenta de que los orgullosos nativos mantenían viva y en pie la ciudad y temen por la velocidad de los cambios. 
Basta una búsqueda en Internet para encontrarse con las casas de campo en Ibiza a precios de seis millones de euros y mucho más. Somos la diana de los especuladores, a quienes les da lo mismo Ibiza y los ibicencos. No respetan nada y en realidad muchos de nuestros políticos están a la altura del fango de las lluvias. Ibiza necesita una fuerte barrida de políticos. 
Vienen elecciones.

sábado, abril 28, 2018

Unos señalan, otros agreden

Escrache a Albiol en Badalona.
Boadella, reconvertido en psiquiatra a pie de obra, en terapeuta de urgencia, lo resume así: “Los catalanistas odian como los nazis, sustituyendo a los españoles por los judíos”. Un odio profundo que nace desde las guarderías, promovido e inducido por Jordi Pujol y sus secuaces, sobre todo a partir de la década de los 90, pero con manifestaciones tempranas ya en los años 80, cuando tendría que haber sido encarcelado por años por el saqueo de Banca Catalana. Pero una vez más, Felipe González dejó correr libre a la presa, poniendo así la piedra angular de una situación que todavía ocasionará muchas desgracias.
Lo vemos día tras día. El día del Libro supuso un ataque en toda regla por las turbas neonazis de las CDR (Comités de Defensa de la República, la kale borroka catalana) contra García Albiol, que desde sus dos metros de estatura miraba impasible como los separatistas le insultaban. Estuvo tres horas, como un bloque de mármol.
Pero los niños de cinco a de nueve años no son Albiol. la Fiscalía ha ordenado la detención de nueve profesores que humillaron y acosaron a los niños hijos de guardias civiles pocos después de la convocatoria ilegal del 1-O. Lo primero, obligando a identificarse y después marginándolos, soltando toda suerte de barbaridades contra la Guardia Civil. No voy a rebajarme reproduciendo la noticia, fácilmente localizable en Internet. Hay indicios de que estas situaciones se reprodujeron en toda Cataluña, ante la pasividad del Gobierno de España, que parece un cómplice dócil de estos delincuentes. Estos niños españoles no pueden elegir, no pueden defenderse y como era de esperar, su rendimiento se ha desplomado. Educación lejos de las manos de esos radicales.

miércoles, abril 25, 2018

Rajoy, a buenas horas

Gabriel Cañellas, presidente cesado por corrupción

Rajoy en Palma se siente impelido a avisarnos del riesgo de contagio con la desastrosa Cataluña catalanista y antiespañola. Menos mal. Pero mira que ha tenido tiempo de tocar a arrebato desde que su partido promulgara la Ley de Normalización Lingüística en 1986 con el acomodaticio payés Cañellas, siempre tan enamorado del dinero, tanto que le costó el cargo por corrupto y no ingresó en la cárcel porque el caso ya había prescrito por los pelos. Así lo resume la Wikipedia:
«Los hechos consistieron en la adjudicación irregular de las obras de construcción del Túnel de Sóller a Antoni Cuart, un empresario socio del presidente Gabriel Cañellas y el pago de este de unos 50 millones de pesetas a la Fundació Illes Balears, presidida por Gabriel Cañellas y al mismo PP, para sufragar los gastos de las campañas electorales de 1989 y 1991».
Pues bien, este mismo Cañellas es quien parece estar detrás del actual PP de Biel Company, lo cual no contribuirá a consolidar la candidatura de este partido. Con Cañellas, Baleares se entrega al catalanismo, que de todas formas remató la monopolización de las escuelas mediante una polémica Ley de Mínimos ya en tiempos de otro corrupto, Jaume Matas.
No puede decirse que quienes introdujeron las herramientas para la catalanización hayan terminado muy bien, pero esto le da lo mismo a los nacionalistas que no dudaron en hacerse con el control de la educación balear desde el minuto uno. Así que, señor Rajoy, ahora ya no hay peligro de contagiarse, ya que lo estamos desde hace muchos años, desde 1986.
Lo tenía fácil Rajoy para oponerse a un caótico y nefasto Pacto. Acto fallido. Otro más.

domingo, abril 22, 2018

Hasta los turistas están de acuerdo: ¡Ya basta!


Parece una conjunción planetaria que si finalmente se consuma hará feliz a mucha gente. Felices los turistas que encuentren menos turistas a su paso; los ibicencos que tengan que soportar la avalancha anual y felices los empresarios, pues una bajada en el número de turistas no significará la quiebra.
Que conste que las alarmas han sonado en toda la España turística de verano, aunque algo menos en las grandes ciudades. Por mucho que estuviera anunciado -los créditos hay que devolverlos- no deja de sorprender la contundencia de los resultados. Turquía sobre todo lleva un aumento de turismo extranjero de un 60% y seguirá subiendo. Egipto se lleva una buena parte de la tarta, sin contar con países como Grecia, Croacia, incluso Israel o Bulgaria.
El préstamo de turistas fue bueno para quien hizo caja, pero nefasto para la imagen de Mallorca y de Ibiza. Hay muchos visitantes resentidos que no regresarán, porque saben que en Baleares el peor peligro lo conlleva otro turista. La imagen turística de un emplazamiento no se puede comprar con dinero. No es suficiente, por esto Ibiza se ha centrado en el narcoturismo de discoteca: a muchos miles de británicos les da lo mismo cómo esté Ibiza, ni se enteran. Y quizás serán ellos, los de la ‘Spaincation’ quienes nos salven. Y el turismo español, francés, italiano y holandés.
Ahora es tarde para lamentarse y además la culpa no es propiamente de nadie: Durante siete años no había plazas para tantos demandantes y se vendían todos los cuchitriles al precio que fuera, al quedar Turquía y Egipto fuera del mercado por razones ya conocidas.
En 2018 la situación ha cambiado. De hecho, el año pasado ya nos dieron un toque y muchos hoteles bajaron precios. Este año será más duro, si los alemanes siguen prefiriendo Turquía y los rusos Egipto. Ya dijimos que entre los alemanes mientras Mallorca no llene, poco va a recibir Ibiza.
Quienes han dicho ¡Ya basta! han sido los turistas.

sábado, abril 21, 2018

Si Mallorca cae, Ibiza sufre

Baleares intenta seguir vendiendo una imagen bucólica y natural, pero los alemanes ya no tragan más mentiras
Sí, parece confirmado que las reservas turísticas de Mallorca han caído de una forma remarcable y ya se sabía a principios de este mes, cuando Marga Prohens, del PP, manifestó su preocupación en rueda de prensa ante el descenso en las ventas de paquetes turísticos de un 22%. Esto es muchísimo. También en Menorca han detectado una bajada superior al 20%.
Solo Ibiza consigue aguantar el chaparrón, pero con varios paraguas preparados, porque se teme que ocurra lo mismo. De hecho, si hablamos del turismo alemán, sabemos que estos nos afecta de manera directa, ya que mientras queden plazas por vender en Mallorca, los operadores no suelen desviar visitantes a Ibiza. El efecto rebose, ¿recuerdan?
Una cosa está clara: si Mallorca cae, Ibiza sufrirá las consecuencias, porque a pesar de las peticiones de más vuelos directos desde Alemania, Ibiza sigue sujeta a las expectativas mallorquinas.
¿Cuál será la evolución? Podemos presumir de dos meses fuertes, pero no está claro cómo acabará. El comienzo del total de visitantes vía aeropuerto de Es Codolar es muy bueno. Pero solo en Ibiza, aunque alguien ha hablado de perder un millón de turistas en Baleares. Veremos, pero un millón no sería drástico ni definitivo. Además se espera un verano bueno con el turismo británico y con los españoles.
El turismo alemán es la asignatura pendiente, debido sobre todo a la emergencia ahora imparable de países como Grecia, Turquía y algo Egipto con unos equipamientos fenomenales. Y también por la codiciosa duplicación de la ecotasa, una subida injustificable, implantada con desdén y prepotencia por este Pacto que cada vez que gobierna deja la economía seriamente dañada. En cualquier caso, no tardaremos muchas semanas en comprobarlo.

miércoles, abril 18, 2018

Catalanistas acelerados


Podemos dar por desaparecido el ibicenco tras décadas de catalanización y de discriminación positiva hacia el catalán. Supongo que el mismo catalán acabará por volatilizarse ante la presión y las ventajas de idiomas como el francés o el español. No pasa nada, no se hundirá el mundo por eso, de hecho idiomas mucho más poderosos y útiles como los clásicos griego o latín han fallecido o han evolucionado y han formado otros idiomas modernos.
Ahora los acólitos de la nueva religión catalanista -otro fanatismo fundamentalista como cualquier otro- se escudan en una abstracción que no significa gran cosa: la identidad. Quieren hacer creer a los niños sumergidos en nuestras escuelas, que sin catalán no hay identidad y sin esta no hay vida ni hay futuro. Se lo dicen a un marroquí, a un sevillano o a un ibicenco, que para asumir la identidad carolingia primero han de despojarse de la suya propia.
En realidad la identidad de un marroquí habría que buscarla en Marruecos, con todos sus matices, pues los bereberes no se sienten árabes y en realidad no lo son. La identidad de un sevillano está en Hispalis, la gran comarca donde fenicios y romanos formaron una identidad sólida y singular, a la que ahora un profesor valenciano, mallorquín o barcelonés les conmina a borrar para fajarse en la identidad de Corominas o de Pompeu Fabra.
Si siendo ibicenco no alabas, aceptas e idolatras el catalán barcelonés es que tienes auto-odio y estás sin identidad -te dicen los catalanistas, repitiendo como cotorras el triste argumentario de los políticos antiespañoles de Cataluña, que encima se han forrado a nuestra costa. El odio, en todo caso sería a lo catalán, tan distinto. ¿Por qué insisten?

domingo, abril 15, 2018

Y ahora la ‘spaincation’



En francés y en inglés se forman neologismos continuamente. El español es un idioma más esclerotizado y nos cuesta aceptar algún palabro, si no viene avalado por la televisión, y solo se aceptará durante cierto tiempo. Es como si manejáramos un sentido del ridículo exagerado.
La última palabrota que está triunfado en Reino Unido es Spaincation. Ha rebrotado una fiebre incontenible por España, locos por España. Quienes no se contagian, por falta de ganas o de dinero, practican una Staycation, o sea, vacaciones en casa.
Quienes avisaron de posibles afectos adversos del Brexit (otro neologismo exitoso) no han acertado, de momento. El turismo británico sigue significando un importante contingente en el total de visitantes. También en las Pitiusas y ello año tras año, con una fidelidad memorable. Por esto he empleado la palabra rebrote antes. No es nuevo el fenómeno, pero ahora parece haberse disparado por efecto de las redes sociales y la promoción televisiva. Estamos hablando de muchos millones: del total de casi 82 millones de turistas extranjeros en España en 2017, casi 20 fueron del Reino Unido, un 6% más que el año anterior. Es para quitarse el sombrero.
Se da la curiosidad de que ocho de los diez destinos elegidos por los británicos para sus vacaciones de verano son españoles, según la web lastminute.com:
1. Benidorm
2. Albufeira (Portugal)
3. Niza (Francia)
4. Magaluf (Mallorca)
5. San Antonio Abad (Ibiza)
6. Playa Blanca (Lanzarote)
7. Alcudia (Mallorca)
8. Torremolinos (Málaga)
9. Puerto de la Cruz (Tenerife)
10. Palma Nova, Calviá (Mallorca)
Esto son argumentos contundentes. ¿Causas? Se sienten bien, seguridad y calidad. Uno se pregunta si afectará a ese mercado la nueva ecotasa. Ahí lo dejo.

sábado, abril 14, 2018

Tumba del turismo

Symphony of the Seas
Fue La Pasionaria quien dio el visto bueno a un cartel donde se leía “No pasarán”. La frase nació en la I Guerra Mundial, pero hizo fortuna en 1936, en las barricadas comunistas de Madrid, del cual se decía que sería la tumba del fascismo.
Pasaron y la frase quedó en anécdota hasta ahora, cuando un centenar de mallorquines hacen su aportación ecológico-cultural al avisarnos de que “Mallorca será la tumba del turismo”.
No, Baleares no será la tumba del turismo, pero si mis previsiones no me fallan, antes de fin de año sufriremos una merma importante en el número de visitantes. Y la tendencia seguirá siendo una disminución progresiva, porque los mercados de la competencia en el Mediterráneo oriental están ofreciendo de nuevo sus ansiadas plazas turísticas y a unos precios con los que Baleares no puede competir.
En todo caso, estos ecologistas suicidas son muy francos: quieren enterrar el turismo. Gracias por su sinceridad ante el monstruoso crucero ‘Symphony of the Seas’, que puede albergar 9.000 turistas. Es una auténtica ciudad del placer, en la que faltan pocas cosas. No sé la cara que pondrían los cruceristas al ver a cien barbudos con greñas y pancartas, pero la reacción de los mallorquines es de indignación contra los gruñones -en general funcionarios y subvencionados, protegidos por el Pacto.
Desde el primer día he explicado que los cruceros serán un incordio para Ibiza y lo son en general donde quiera que recalen en el Mediterráneo. Pero no podemos demonizar a los turistas, ni debemos hacerlo. Sí exigimos un riguroso control en el calendario de cruceros. Y mejor si nos visitan fuera de temporada alta. Cuidado con la dejadez permisiva y... con la turismofobia.

miércoles, abril 11, 2018

Pagar para trabajar en Ibiza

Dos personas duermen en el techo de una furgoneta aparcada en una calle de Ibiza. CRISTINA MARTÍNEZ ESCANDELL

Cuantas más cosas tocan o retocan los ideólogos del Pacto, más caos producen y reproducen. Es un mecanismo diabólico, porque encina cobran unas cantidades impresionantes por hacerlo. Pero no son los únicos.
En aquello que podrían ejercer una influencia benéfica lo ignoran, y donde no debieran hurgar, siguen manipulando. Pero no son los únicos.
Estos días pasados se ha hecho público en la prensa nacional que para trabajar en Ibiza de hecho hay que pagar. Habitualmente, un trabajador se vende por horas y a final de mes percibe unos emolumentos, que gasta o ahorra, según vayan las cosas. En Ibiza esto no funciona: los costos mínimos vitales son tan disparatados, que para poder trabajar en la isla hay que venir bien provisto de dinero para hacer frente a los gastos. Si sales vivo de la isla blanca, saldrás sin blanca, con perdón.
En realidad pocos regresan. No pasa semana en que en Madrid, Valencia, Extremadura o en Cuenca no me pregunten por Ibiza, pero pronto les pongo en antecedentes. Por una cama €1.200 si tienes suerte, suele ser un argumento que echa para atrás al más osado. Incluso los vendedores de droga en los taxis pirata están descubriendo que las sentencias de cárcel son de tres años y pico. No mola.
El problema de la vivienda es el más escandaloso, pero no es el único. Una joven amiga enfermera tiene un buen contrato con una empresa de ambulancias, pero no encuentra donde descansar los huesos. Ella y ellos son jóvenes y se atreven con todo, pero pocos como mi amigo un excelente cocinero que vivió en el interior de su coche durante todo un verano junto a su perrito. Nunca ha vuelto.

domingo, abril 08, 2018

Bajando precios


Bajar precios no gusta a ningún empresario, pero en las islas estamos acostumbrados a estos vaivenes, tras unos 70 años de turismo de masas. El hotel cómo núcleo generador de riqueza -y al mismo tiempo redistribuidor de la misma- puede afrontar largas temporadas de precios a la baja. Ya ha ocurrido antes y hemos salido vivos de la experiencia.
De todas formas, todas las agrupaciones profesionales hablan de congelamiento de precios, pero es porque están escarmentados del verano pasado, cuando a mitad de la campaña se tuvieron que gastar un dinero promocionando descuentos especiales. Subir precios eternamente es una práctica suicida, lo cual les da lo mismo a algunos, que pretenden exprimir la temporada y en invierno replantearse el plan de negocio o la ubicación. Hoteleros ibicencos cada vez hay menos. Y los que sobreviven, conocen bien su negocio.
No son solo los precios de la habitación. Ibiza y Formentera son dos enclaves muy polarizados, estacionales, lo cual parece colaborar en esta generación de precios astronómicos. No me refiero a la veintena de hoteles y restaurantes de gran categoría, cuyos precios gozan de una gran autonomía en su nicho de mercado. Me refiero a los precios en general de la oferta complementaria y a los servicios: desde las hamacas, a las bebidas, los transportes, la restauración. Los precios de las Pitiusas son disuasorios, al menos desde 2012, cuando se inició el despegue fomentado por los conflictos de nuestra competencia.
A eso hay que añadir la ecotasa, doblada de un año para otro sin justificación posible. Cuando dices esto, te sale una legión de podemitas y de psoístas, que no admite la menor crítica a la labor nefasta del Pacto. Caigan en la cuenta de que todos estos pequeños factores suman, son acumulativos y a Ibiza le está llegado la hora de verse las caras con los clientes que se han sentido maltratados, incluso estafados, que son muchos. Pese a lo que puedan decir algunas encuestas.
Por todo ello, pienso que 2018, sin ser la peor, será una fecha que marcará época.

sábado, abril 07, 2018

Asco de turismo

Toallitas indestructibles en Cala de Bou (San José). Foto J.A. Riera
En Ibiza ocurren demasiadas cosas guarras, feas, desagradables que resaltan mucho más al tener un panorama de fondo maravilloso y unas aguas todavía cristalinas, al menos en invierno. Año tras año, miles de toneladas de basura sólida acaban en nuestras aguas, no digamos ya los desechos químicos que queman o asfixian literalmente la vida de nuestra posidonia y las especies que se refugian en ella para procrear y sobrevivir.
Por fortuna no lo veo, pero no hay forma de olvidarlo, porque las televisiones y la prensa escrita se hacen eco constante de nuestras desdichas. Desde El País a los medios británicos. Una de las peores imágenes: esta impresionante instantánea de las rocas de Cala de Bou, municipio de San José, impregnadas por las toallitas de fibra y de papel deshilachadas e indestructibles, cubriéndolo todo. A la luz del sol. Una costra asquerosa que yo reproduciría en todas las escuelas de Europa.
Otras veces los residuos viven una socavante existencia y obstruyen alcantarillas tan preparadas como las de grandes ciudades. Visto en la prensa nacional: “Una enorme y monstruosa bola de grasa bloquea las cloacas del este de Londres. La masa rocosa, una mezcla de toallitas húmedas, pañales y aceite, pesa lo que cuatro ballenas jorobadas y es más larga que dos estadios de Wembley”.
Aquí tenemos la clave: condones, toallitas no degradables, pañales con su capa de plástico, colillas. Y mutatis mutandis tenemos a los autores. En invierno revientan sus ciudades europeas y aprovechan en verano para reventarnos nuestras depuradoras, que no dan abasto ni funcionando bien. Obstruyen las estaciones de bombeo. En definitiva, sólidos y líquidos acaban por desembocar al mar sin apenas ser filtrados.
¿Solución? Usar papeleras. Usar la cabeza.

miércoles, abril 04, 2018

Buscando turismo alemán

Los alemanes seguirán visitando Baleares, pero los antiguos destinos de Turquía, Croacia, Grecia, Egipto se están recuperando
Ya inspiran un poco de lástima estos suspiros de los políticos pitiusos para conseguir mayor cuota de turismo alemán. Pero hay un problema: para cosechar cinco euros de recaudación, hay que invertir diez en promoción. ¿No es un poco disparatado? En realidad, el turismo alemán hace años que está de retirada de Ibiza y cada vez más de Formentera. También rehuyen Mallorca en los últimos años. ¿Qué les ocurre? Pues... que buscan buena gastronomía, buen precio, mejores playas y un ambiente amigable pero relajado. Todo lo contrario de lo que ofrece el archipiélago desde 2011. Todos se quejan de lo mismo: masificación insoportable, precios excesivos y encima la propina de la ecotasa.
El alemán es lento, pero cavila, está informado y toma decisiones. Si piensa que le puede beneficiar, no le importa dejar de lado Baleares para irse a algún pueblo marítimo de Alicante o de Almería, donde parece que últimamente se sienten muy bien acogidos. Mientras los consells insulares insisten en venderles folletos con los cuatro programas de siempre, solo que cada vez más caro. Tras una fuerte campaña, los alemanes regresaron a Ibiza en 2015 y 2016, pero en temporada baja. Este año, en la ITB de Berlín se lo han jugado todo buscando mejores comunicaciones y facilidades. No esperen gran cosa. Los alemanes ya nos conocen y no les gusta lo que están viendo.
Porque digámoslo de una vez: alemanes hay y alemanes vienen a España. Incluso a Baleares, pero Mallorca sigue acaparando estos turistas y solo cuando ya no caben en Mallorca, se fijan en Ibiza, a donde solo viene un 6,5 de alemanes de todos los que llegan a Baleares. El problema quizá no esté solo en Alemania.

domingo, abril 01, 2018

Y ahora la violencia

«Tomar el puerto y aislar Baleares, cerrar Mercabarna y jodemos a todos» (los CDR). Pero ¿no éramos aliados?
Y ahora la violencia catalanista contra Baleares. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) están empeñados en arrasar Cataluña, su economía y su sistema de valores. Para empezar, su nombre. ¿Una revolución patrocinada por las clases dirigentes, por los ricachones locales? Qué raro ¿verdad? Así es, aliados con los antisistema, mareas, podemitas y separatistas.
Esta semana santa no solo ha sido triste en Cataluña, ha sido violenta, con amenazas a políticos constitucionalistas, a magistrados como Llarena y su familia. Perfectamente organizados y preparados en la lucha de guerrillas urbanas por la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) aplican el manual del perfecto activista en actos de terrorismo de baja intensidad, de momento.
En frente tienen a los Mozos de Escuadra, divididos y enfrentados entre ellos mismos, como una metáfora peligrosa de toda Cataluña: separatistas contra quienes defienden la democracia y la libertad dentro de la Constitución de España.
Quienes iniciaron este proceso diabólico hace apenas cinco años van siendo detenidos, gota a gota, lo cual ha enervado a los separatistas que siguen cobrando para organizar la algarabía y la lucha callejera. No les gusta que se les detenga por rebelión, ellos siguen sintiéndose intocables: España ha de permitirles todo y encima financiarles con sabrosas cantidades de dinero. Y si fracasan, quedar impunes. Porque ellos lo valen: son catalanes.
Y han fracasado en todo. Han dividido Cataluña, la han arruinado (la fuga de la World Race Cup es la última puñalada). No han internacionalizado el conflicto y ahora van contra Baleares: «Tomar el puerto y aislar Baleares, cerrar Mercabarna y jodemos a todos» (los CDR). Pero ¿no éramos aliados?
Cuando el presidente Vicent Torres llegó de Barcelona –al parecer muy impresionado– dijo que Ibiza debía estrechar relaciones con Cataluña. Yo me quedé de piedra: nos tienen a los niños sumergidos, hacen y deshacen a su antojo ¿qué es lo que habrá que estrechar? -me pregunté.
Todo lo contrario, sabemos por experiencia que cada vez que nos hemos apretado y estrechado más de la cuenta con los catalanes, hemos salido descalabrados.