domingo, enero 28, 2018

Cuando el arte es una mierda


A finales de los años 70 publiqué un reportaje extenso y muy ilustrado con fotos a todo color en el semanario Interviu. Se titulaba ‘Cuando el arte es una mierda’ y era en sentido literal: en la galería Latina de Palma un grupo de jóvenes ácratas confeccionaron en papel maché policromado una alegre muestra de heces de distinto tamaño y textura.
No tendría mayor recorrido de no ser porque últimamente no pocos tratadistas y críticos de arte están mostrando su cansancio y repulsa ante la proliferación de obras de corte conceptual. Yo entre otros. Pero yo lo dejé a finales de los años 90, cuando entregué a la enciclopedia gran parte de mi archivo para que ellos desarrollaran las biografías. Y dejé de pagar mi cuota a la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Ya no creía ni creo hoy en la mayoría de obras que se presentan al público. No vale la pena seguir la farsa ni hacerles de claque.
Entre tanto espanto expuesto en bares y salas improvisadas de Ibiza suele haber algún talento en la pintura, escultura o cine. Bueno, ya lo descubriremos. De hecho incluso he dejado de escribir libros y monografías si no es de algún artista en el que yo crea y admire y recuerdo que el último lo dediqué a Antonio Villanueva.
Ibiza sigue con su infatuación exhibicionista, más propia del espectáculo –donde a menudo se colocan buenos artistas para poder sobrevivir. No es muy alentador.
La crítico de arte mejicana Avelina Lésper lleva unos años revolucionando el ambientillo artístico porque denuncia como auténticas estafas las obras de artistas famosos, sobre todos algunos artífices de videos, instalaciones y happenings, lo cual enfurece a galeristas, museos y grandes coleccionistas. Pero tiene gran parte de razón.
Ahora mismo en Madrid, Albert Boadella presenta su última obra teatral sobre Picasso, «una auténtica mierda y el Centro Reina Sofía un tanatorio de las artes». Albert es demasiado listo y matiza que Picasso era un gran pintor, pero se traicionó a si mismo. Es un debate abierto.

sábado, enero 27, 2018

Pretende ridiculizar a los españoles

Always be late — unless a bull’s charging at youGETTY. El artículo aparecio en The Times, el 21 dic. 2017

Es un género muy viejo que de vez en cuando emerge en algún periódico. Se trata de ridiculizar el carácter de algún país vecino recitando la lista de sus peculiares formas de vida. Incluso se han escrito libros y series. Recuerdo a Fernando Díaz-Plaja, que a lo largo de su vida se dedicó a explicar los siete pecados capitales del vecindario. Tanto le funcionó la fórmula que escribió uno dedicado a los suyos propios.
Chris Haslam publica un artículo paródico sobre los españoles, ‘How to be spanish’. Lo leo por encima y como hace al caso, se vale de los manidos tópicos como recurso narrativo para ridiculizarnos. Bueno, no es para tanto, si salvamos el hecho de que las generalizaciones casi siempre son erróneas o fruto de la ignorancia.
Pero ¿cómo negar que los españoles hablamos muy alto, que somos confianzudos y que nos tomamos libertades con el tuteo, inimaginables en los años 70, ejemplo? ¿Por qué le llama tanto la atención la corta duración de las luces automáticas en los baños?
Lo que se sorprenderá el día en que les cobremos el agua del grifo, para ver la televisión o por disponer de 25 litros de agua caliente para la ducha, como me han hecho a mi en algunos hoteles de Europa.
Le llama la atención que prefiramos comer las tapas en la barra del bar y no en las mesas o que tengamos un horario de comidas muy diferente al british. Tiene razón, pero quizás no sepa que comer solo en una mesa es un poco desangelado y además es bastante más caro. En lo de los horarios le doy la razón. En fin, que haga.

miércoles, enero 24, 2018

Algo se mueve en la derecha balear

Jorge Campos y Malena Contestí, presidente y vicepresidenta del Círculo
Balear
Algo se está moviendo en la derecha balear, que lleva más de cinco años autodestruyéndose y dejando pasar todos los trenes de vacío.
Para empezar, Jorge Campos ya me ha confirmado que la fundación Círculo Balear ha decidido convertirse en partido político y que tendrá candidatos en todas las islas. En Ibiza cuentan con Pepelu Saliquet. Buena noticia, donde ni siquiera se podía votar a Vox, una vez que UPyD también se autodisolvió ante la poca aceptación popular. Muy cerca de Círculo Balear algunos colocan a Ana María Aguiló (PP) y otros militantes muy descontentos con Biel Company (PP) y que no se fían de su propio partido ante temas como el catalanismo y otros varios.
El mismo PP de Ibiza parece ir despertando de una larga siesta, porque seguramente ha cobrado consciencia de que los posibles votantes ya no le conceden margen para más promesas difusas ni apelaciones a un programa que a la postre no significan nada. Ya sabe, los programas están para incumplirlos. Al menos Marí Bossó se ha explayado a gusto en un artículo de fondo en la prensa, en el que repasa las diferentes materias en las que el Pacto de Vicent Torres ha mostrado una ineptitud e inactividad inexplicables. O sea, en todas. Si ejerciera, el PP de Ibiza sería una oposición temible.
Y por fin, dejo a José Ramón Bauzá, el mejor presidente de la historia de nuestra Comunidad de Baleares y al que sus propios conmilitones condenaron al ostracismo. Hacen mal, porque el expresidente ha decidido significarse y quiere demostrar que el Senado no es su cementerio de elefantes. ¿Irá a Ciudadanos o al Círculo? No lo sé, pero habrá movida.

domingo, enero 21, 2018

Sanidad en Ibiza, el caos anunciado

En efecto, los idiomas no salvan vidas, pero los catalanistas parecen ignorarlo. Foto, manifestación en Menorca.
Ha dimitido la cúpula dirigente de la sanidad en Ibiza, recurriendo a esta difusa excusa de los ‘motivos personales’. Algunos especialistas ya se han despedido y otros que se esperaban nunca llegaron, ni llegarán. ¿Es un motivo personal sentirse desasistido, abandonado, mal pagado y encima acosado por los catalanistas enloquecidos?
Es muy desagradable recordarlo, pero la imposición del catalán tiene mucha culpa, no es solo la carencia de viviendas accesibles ni las duras condiciones del trabajo veraniego. Esto lo acepta todo el mundo, excepto esta minoría extasiada con el intrusivo y estéril catalanismo que ha llevado a Cataluña a la ruina y ahora vienen a por los ibicencos. Nosotros no somos así, no lo hemos sido nunca, quizás porque no somos catalanes, pero tampoco somos como ellos. Y lo mismo podría decirse de los mallorquines, pero al menos ellos tienen un peso demográfico que se traduce en una sanidad provista y cuidada.
Si el Govern Balear tuviera la sede en Dalt Vila, con toda seguridad, la sanidad pitiusa estaría atendida como merece, sobriamente, pero con medios mínimos de atención especializada. Hoy no. Ibiza está sufriendo la peor crisis de lo que llevamos del XXI. Y ha tenido que ser un gobierno autodenominado socialista, ecologista, catalanista, quien nos acaba de hundir en esta insostenible realidad. Y se van los profesionales, claro que se van. Y no vienen los nuevos.
Aquí, en Ibiza, hablamos de desatendidos por miles, en una isla de 150.000 habitantes. Si es para una cita con el especialista, hay casi 4.000. Si es para una operación, casi 2000. Francina Armengol conoce estos datos y las quejas que le llueven. Pero Francina solo tiene oídos para Cataluña. ¿Por qué?
Este periódico ha explicado el motivo principal. Su socio de gobierno Mes (un grumo de ERC y otras catalanistas de manual) obliga a publicar el decreto de sanidad exigiendo el catalán como requisito. Pero el PSIB sabe que esto le restará muchos votos. Bloqueo total. Tiene suerte que el PP sigue con su complacencia de perfil bajísimo.

sábado, enero 20, 2018

Turismo, igual o menos

Turquía
Voy a intentar reprimir mi vena sarcástica, porque la actual situación afecta a mucha gente de Ibiza que depende como agua de mayo de la aportación dineraria que cada año nos deja el turismo. Pero si fuera por los políticos les diría lo que de todos modos acabo diciendo cada año: son unos derrochadores y además la mayoría no entiende de turismo. Basta ver la cara de la consellera del ramo en el Govern Balear, con ganas de empezar a repartir los lazos amarillos de la tieta, para defender a los delincuentes de su partido ERC, encarcelados por haber organizado un golpe de Estado con el dinero de todos los españoles.
Turismo de invierno, dicen, ‘Better in winter’. En Mallorca no lo sé, pero en Ibiza y Menorca pueden morirse de aburrimiento, todo lo contrario del verano donde los peligros vienen de la masificación.
Políticos que nos cuestan cinco millones de euros cada año, aunados a los hoteleros, manifiestan cierto miedo a que baje el turismo. La temporada 2018 será igual o menor que la pasada. Y les parece un desastre. Pues no, el desastre es ahora: si quieren seguir conservando el turismo en Ibiza, reduzcan al menos un 30% el número de visitantes (no digo el beneficio).
Este porcentaje o incluso mayor es el turismo que han usurpado las Baleares a Egipto, Turquía, Grecia, Marruecos, Jordania, Israel, Siria. No son nuestros turistas, solamente nos los prestaron, a partir de aquel invierno de 2010 cuando la policía marroquí arrasó el campamento saharaui en las afueras de El Aaiún. Después vino Túnez y todo lo que siguió y nos enriqueció.
Ibiza ha recibido unos 5 millones. Devuelvan uno y medio cuanto antes.

miércoles, enero 17, 2018

Los números tristes de Ibiza







Quizás haya gente mucho más informada que yo para hablar de este tema, pero el fenicio no puede evitar rascarse la cabeza cuando lee que han aumentado los accidentes mortales de tráfico, que casi han doblado a los de 2015. 
Otra vez la truculenta relación de accidentados que dábamos por terminada desde la inauguración de las autovías. No ha sido así: 22 víctimas en las Pitiusas, la mitad de ellos motoristas. 

Parece que a un mayor aumento del turismo haya derivado la consiguiente proporción de sacrificados, en esta trágica estadística negra. Ahora vendrán los técnicos sesudos con el intento de explicar los acontecimientos según su criterio o intereses. Da lo mismo. En las Pitiusas se consume demasiada droga, incluyendo el alcohol, y por algún motivo que desconozco, los conductores no sienten la apremiante presencia policial ni obligados por el sentido común que aconseja alejarse de cualquier máquina o vehículo. Y no, no son siempre turistas, que se toman la conducción en Ibiza como otro episodio de la juerga nocturna. 

Siete de cada diez test de drogas dieron positivo. Impresionante. Las consecuencias han sido terribles en 2017. Incluso en el mar. Ignoro qué otras medidas disuasorias se pueden tomar, sabiendo que tampoco las represivas serán de utilidad. 
La última esperanza es que el turismo se estabilice en cifras más manejables, es decir, a la mitad. Mientras, tendremos que asimilar estos aumentos de defunciones (no todas por accidente, claro), que han aumentado un 7% según los datos de Pompas Fúnebres. En 2017 hubo 775 y falta por contabilizar diciembre. 

No deja de ser coherente este llamativo aumento en la isla del placer y la fiesta, aunque también es la senda de los elefantes.

Periódico de Ibiza

domingo, enero 14, 2018

Sanidad bajo acoso intolerable


Yo defiendo la sanidad pública, pero en Baleares no pasa por sus mejores momentos, al menos en lo que concierne a Ibiza. Tras las extravagantes exigencias del catalán existe una estrategia de ingeniería social que nos acabará de llevar al caos. No es la obligatoriedad del certificado B2 de catalán la única causa de nuestra alarmante situación.
Todos sufrimos esta acuciante carencia de vivienda accesible desde el año 2000, por la simple razón que los propietarios prefieren dedicarla al alquiler turístico. Los empresarios hoteleros ya han diseñado una estrategia que blinda a su personal: ofrecen habitación a los temporeros, como se había hecho siempre en Ibiza y Formentera. En el caso de los médicos esto no se había intentado, hasta el ensayo del año pasado, recuperando espacios de Can Misses para el personal sanitario.
En el caso de médicos y otros funcionarios, esto es un apaño antes que una solución. Dedicados a trabajos muy estresantes, con sueldos muy mejorables, al menos merecen un cobijo reparador y seguro.
Otros profesionales están viendo como sus opciones profesionales no son ninguna bicoca y muchos se han ido marchando de Ibiza en los últimos diez años. A los que han ido soportando su vida laboral y social en la isla, les quedaba la sorpresa impuesta por el catalanismo rampante. Más deberes. Muchos médicos entienden el ibicenco, pero no pasarán por la criba de más requisitos impuestos por una clase política ideologizada y salvajemente inculta. Piden plaza en la Península o el extranjero y nos van abandonando. Y aquí nos quedamos los enfermos ibicencos, disfrutando del catalán del Pacto de Progrés y disfrutando de lo votado.
Cuando te dicen que hay unos 1.500 pacientes en espera de una operación es que la sanidad pública balear no funciona. No me refiero ya a que caiga el programa informático -lo cual es otro síntoma. Me refiero a que no hay médicos, anestesistas o sanitarios en general. Y que hay un total de 3.794 pitiusos en lista de espera para ver al especialista. Esto sí, mucho catalán.

sábado, enero 13, 2018

La Marina para los turistas


Como yo he pasado mucha vida en el barrio de la Peña o en la Marina quizás puedo decir que soy un poco de la zona. Antes disfruté de las humedades terribles del entonces llamado Seminario, en Dalt Vila, donde pasé tres años interno estudiando.
Ibiza estaba sufriendo una de las primeras invasiones del siglo XX. A mediados de los 60 la isla se empezó a llenar de gente estrafalaria, mal vestida, no excesivamente aseada, que era recibida con cara de asombro por la mirada sombría de una pareja de la Policía Nacional al pie de la escalerilla del barco. A finales de la década, los bares del puerto ya se habían convertido en el cuartel general y en el lugar de encuentro de aquellos hippies deambulantes y fumados, algunos famélicos y temblorosos.
En esta época empiezo a dejar que mi pelo crezca en absoluta libertad, hasta el punto en que en 1974 ya me llegaba hasta el cinturón. Era mi forma de rebeldía y de sintonía con un hippismo que estaba contra el establishment. Yo también, pero no era progre, era hippy.
Bueno, pues ahí se inventó el valor de cambio de la Marina. Los hippies empezaron a alquilar algunas casas, abrieron más bares en la calle de la Virgen. A primeros de los 70 se jodió todo, cuando se empezó a introducir la heroína y los primeros gitanos, llegados desde Granada de la mano del Padre José empezaron a tomar posiciones.
Me fui a la mili y cuando volví todo había cambiado.
Hoy el deterioro del barrio es desolador. Apoyo la iniciativa de Toni Villalonga para que se puedan alquilar estos locales a los turistas. Se encontrarán en su propia salsa.

miércoles, enero 10, 2018

Entremos, pues, en 2018

Ibiza, el paraíso rústico y natural, dicen en las ferias turísticas europeas
Aún embotado por tanta fiestas seguidas -o lo que sean- me obligo a reactivar mi interés por las cosas que en Baleares marcarán nuestro más inmediato futuro. Por ejemplo:
UNO: Somos muy pocos los que nos damos cuenta del peligro que entrañan estas leyes de género para la sociedad entera. ¿nadie se pregunta por qué se suicidan tantos hombres jóvenes en España? ¿Esto no interesa a nadie?. En Baleares 2017, 62 muertos en accidentes de tráfico. En espera de nuevos datos, en 2016 hubo 92 suicidios consumados, casi el doble. Son cifras que sobrecogen. Sobre el tráfico, también en Ibiza han repuntado de forma muy alarmante.
DOS: La nueva Ley de Turismo de Govern Balear ya tiene consecuencias visibles. Numerosos propietarios de pisos en el centro histórico de Palma los ponen a la venta y en general los compran alemanes y otros extranjeros. De modo que ahora sí que la hacienda española no va rascar ni un euro y se seguirán alquilando igualmente a turistas.
TRES: Me encanta la bici y veo que el Consell ha decidido que Ibiza es la Amsterdam del Mediterráneo. Otra simpleza podemita. Poner cientos de bicis en las carreteras solo multiplicará la estadística de muertos que he puesto al principio. Amsterdam, como toda Holanda es terreno llano y accesible a cualquier ciclista. Ibiza es un rompepiernas. La circulación urbana es muy diferente a la que puede ofrecer Ibiza, donde además un porcentaje altísimo de conductores no ofrecen garantía de supervivencia.
Quizás es que no cabemos todos en una isla donde se acumulan 420.000 almas. Lo cierto es que yo no emprendería grandes obras, por mucho que le encante al PSOE, ya nos imaginamos porqué. Mala idea.

domingo, enero 07, 2018

Ibiza deseada, ma non troppo

Playa den Bossa, 1955, Vuibert. No la busquen: ya no existe, la han machacado.
Según la web de JetCost Ibiza es la ciudad más buscada de Europa entre sus usuarios. Es cierto que Ibiza como destino aguanta con un estilo formidable el paso de los años y ello es posible porque tiene sus rasgos muy definidos, por ejemplo cuando oferta sol (nadie lo duda), playas (cada vez peores), discotecas (imbatibles) y mucha droga (por desgracia).
Pero sería iluso conformarse con esto. En primer lugar, esta web es una de tantas entre otras cientos en diversos idiomas. En segundo, pedir información no significa comprar un billete y una estancia. Y en tercero, muchos de los que nos investigan lo hacen por motivos ajenos a nuestro turismo.
En realidad es una incógnita, en mi opinión, el futuro de nuestras Pitiusas. Sabemos que hay una base de al menos dos millones que buscan vacaciones con drogas, música y sexo. Más allá de esto no sabemos nada.
Hay una cierta cantidad de gente a la que enferma nuestro éxito. No es solo envidia, es la competencia empresarial. Hace muchos años que se pretende dar con la tecla del éxito de Ibiza. Yo lo he dicho muchas veces y no me importa repetirlo: el secreto es la propia Ibiza. Nuestra isla ya tenía éxito en los años 50 y en los 60, cuando no existían las infraestructuras de transportes y viajes. Ibiza triunfaba en el mundo subterráneo (beats), secreto (hippies), entre gente que entiende (gays) y entre viajeros con pretensiones antropológicas: muchos cientos de pintores, escritores, arquitectos y creadores conocían la isla y se refugiaban, sin promocionarla. La gran promoción empezó a partir de 1970 y el resultado ya lo conocemos todos: La destrucción de Ibiza se ha convertido en un gran negocio que sale en Bolsa. O sea, la destrucción de todo aquello que nos hace únicos.
Por lo demás, no es muy esperanzador el resultado de la encuesta. Los ingleses seguirán viniendo mientras haya cerveza, sexo y discotecas, porque está cerca y hay seguridad. Los alemanes ya nos han hecho la cruz en varias ocasiones y será difícil recuperar ese mercado. Los holandeses vienen por una promoción televisiva muy efectiva, pero no son suficientes. Los portugueses son una anécdota insignificante. Los rusos no han vuelto a encontrar la puerta de entrada. En fin, no malgastemos cohetes.

sábado, enero 06, 2018

Sobre ruedas al desastre


La propuesta de Vías y Construcciones S.A. es la más baja presentada a la puja para desdoblar la carretera de Ca na Negreta. Solo que hay un pequeño detalle alarmante que levanta sospechas, al menos en el reportaje leído en nuestro periódico: es la misma sociedad que se hizo cargo de la travesía de Jesús, con los lamentables resultados que todos conocemos y muchos han sufrido durante largo tiempo. Es normal que alguien sospeche y que se tema el socorrido sobrecoste que siempre suelen añadir los políticos. Lo que no es tan normal es que los firmes del asfaltado se hundan o se agrieten antes de inaugurarlos.
Claro que detalles alarmantes los hay a porrillo. Jamás he conocido a nadie que pueda solucionar el caos circulatorio de Ibiza (dejemos aparte a Formentera, que también tiene lo suyo). Nadie está contento, ni en las pequeños tramos de caminos vecinales ni en las autovías y carreteras. Vayan en servicio público o en coche privado. Circular por Ibiza es de locos.
Quizás nos ayude a entender el origen de nuestras desdichas algunos datos como estos 60.000 vehículos que salieron de Baleares a finales de la temporada de 2016. Quiero imaginar que la de 2017 han sido bastantes más. Decir que no cabe ni un alfiler más ya es tópico, pero ¿quién puede limitar o penalizar la entrada de más vehículos? Por cierto, que en 2016 había 151.000, casi un 5% más que en 2015.
¿Cuántos coches han circulado por las carreteras de Ibiza durante 2017? Lo ignoro pero apliquen una corrección al alza, al menos de un 10%.
Por supuesto, la impresión de ahogo, de asfixia, de bloqueo se extiende a otras zonas, playas, pueblos, en Vila.
@MarianoPlanells

miércoles, enero 03, 2018

Si es de Ibiza, clavadle


Hace tres años escribí un artículo titulado ‘Si es ibicenco, clavadle’ y lo releo ahora, sabiendo que seguirá siendo totalmente válido en la Ibiza de 2018. Yo diría que incluso estamos peor en precios como los alquileres, carburantes y otros servicios.
Porque va de esto: no sé porqué puñetas a los ibicencos siempre nos cobran mucho más caro que otros españoles periféricos. Y me refiero a transportes de mercancías y de personas, a gasolina y otros carburantes. Y es en casi todo.
Repostar en Formentera es un atraco, pero también lo es en Ibiza. Ni punto de comparación con Játiva, Teruel, Mallorca o Menorca. Ya no digamos algunos restaurantes, bares o servicios. Por alguna razón en Ibiza se ha roto el pacto social que aconseja tratarse bien unos a otros o al final solo gana el Estado, por aquello del IVA.
Es como si algunos comerciantes pensaran que el mundo se va a acabar en dos meses y se ven obligados a saquearnos los bolsillos con tal de poder comprarse otro apartamentito cada verano. Cierto que hay otros que mantienen su veterana sobriedad desde hace décadas, pero ya vemos que todos estos acaban por cerrar. Estos días han sido Ses Botes, Can Domingo o Can Vadell, pero solo hay que mirar cualquier calle, fachada por fachada, para ver como se han volatilizado la mayoría de comercios veteranos.
Ya no es casualidad: la consigna es expoliar a los habitantes de Ibiza y Formentera.