sábado, enero 28, 2017

Turismofobia

La inteligencia progre, siempre proclive al disparate y a la miseria

Turismofobia: dícese del rechazo al turismo o a los turistas. Es síndrome que puede afectar a los profesores –con prevalencia entre los catalanistas– y funcionarios que ya creen tener la vida resuelta para siempre o a trabajadores contratados con bajo sueldo y muchas horas de ocupación. También se han observado brotes ocasionales de tal desviación entre la gente común, aunque son menos agresivos.
La turismofobia cursa con preocupante incidencia en el mes de septiembre y el final de temporada, cuando el cuerpo ya viene muy bajo en defensas, por el desgaste de los meses de fuerte calor, actividad física y abuso del alcohol o de drogas. En tales fechas se observan algunos síntomas específicos como el arrastre de piernas, los ojos enrojecidos y los párpados hinchados, con súbitos arranques de ira. En tal caso es mejor estar lejos del enfermo, sobre todo si está acarreando una paella valenciana para seis.
Parece causada por un nuevo virus que ha mutado entre los pitiusos desde el año 2015, aunque ya se conocían algunos síntomas a partir de 2013. Sin duda, el aumento de masa crítica veraniega ha potenciado la epidemia y llama la atención que algunos de los infectados siempre habían mostrado una elegante predisposición hacia los turistas, incluso en las reuniones invernales manifestaban desear que el turismo regresara a Ibiza cuanto antes.
Sería un error pensar que solo afecta a los camareros, conductores y trabajadores dedicados a los servicios. El mismo síndrome se ha observado en no pocos visitantes, turistas ellos mismos, que al cabo de una semana muestran hastío y cierto asco a los turistas en general. Si les preguntas, niegan con rotundidad que se consideren turistas. Yo soy viajero –dicen– como quitándose un peso de la chepa.
De ahí que los sanitarios hayan deducido que el peor enemigo de un turista es otro turista, sobre todo si es de origen británico. Aunque debemos matizar que la turismofobia no debe confundirse con la xenofobia (rechazo a lo extranjero), pues muchos turistas autóctonos lucen sus encantos en Ibiza. Precisamente son los más odiados y los peor tratados. Injustificadamente, porque explican los médicos que medio planeta vive del otro medio, que son los turistas.
El turismo no puede ser malo, pero es difícil razonar con un enfermo de turismofobia. Lo mejor es dejarle que se deshinche y se le vacíen los bolsillos. Cuando se encuentra sin un euro vuelve a razonar. La ciencia no se acaba de explicar por qué. Un misterio.

miércoles, enero 25, 2017

Impresionantes 75 millones


Ibiza tiene un gancho y un éxito indiscutibles. Pero no nos bebamos la luna, que nos sienta mal. El hecho de que en España hayan veraneado unos 75 millones de visitantes ya nos indica que el fenómeno obedece a causas exógenas, complejas y extendidas. No es nuestro todo el mérito.
Una vez asumido, podemos felicitarnos por haber sabido gestionar esta avalancha nada benévola y poco amable de turistas licántropos, por nocturnos. Ya somos especialistas. Además hemos transitado de un turista de sol y playa a un turista de pastilla y discoteca. O quizás lo hemos complementado.
El brexit no nos ha afectado, más bien lo contrario, aunque es difícil saberlo por la simple razón de que el Reino Unido aún permanece en la UE. Hemos reincorporado a los holandeses y a los alemanes. Los españoles siguen aumentando. Y la temporada se estira, hasta el punto de contar con mayo y octubre como meses muy operativos y fértiles.

A nivel nacional hemos hecho los deberes. España hoy es mucho más que sol y playa, pero sin despreciar este modelo que tanto éxito nos ha regalado. España, país maravilloso, ofrece buena gastronomía y muy variada, museos punteros en el planeta y un patrimonio que trasciende cualquier consideración. Puede aplicarse a Mallorca y hasta cierto grado a Ibiza y Formentera.
Mientras en infraestructuras presentamos graves anomalías y deficiencias, subsanables si hubiera voluntad política, en las Pitiusas hemos remozado nuestra imagen en museos, restaurantes, diversión y playas, sin obviar los inconvenientes que asoman cada año en los meses más calurosos.
Apenas nos enteramos de nuestro récord, nos cae el último bombazo: hay estimaciones que auguran un aumento de turistas de un 30% en Ibiza. No me gusta un pelo. En la temporada 2017 tendremos problemas muy serios que saldrán en la prensa internacional. No estamos preparados, así de simple. Apenas quedan tres meses para paliar (no pido solucionar) la carencia de infraestructuras. Y no veo a nadie capacitado o dispuesto para hacerlo. Ojalá me equivoque.

sábado, enero 21, 2017

Alquileres marginales


De un laberinto se sale por arriba, pensaba el fenicio cuando iba leyendo las distintas visiones sobre el problema de los alquileres turísticos, por lo que sigo pensando que un altísimo porcentaje de apartamentos se seguirán rigiendo por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y aún más, muchísimos dejarán pasar la oportunidad de legalizarse en el registro de la conselleria. Ni más ni menos.
No hay suficientes inspectores ni los habrá, por mucho que emprendan campañas de choque y con inspecciones intensivas aleatorias. Los inmuebles no se anunciarán en los portales profesionales ni en los circuitos accesibles desde España. En los países de origen se organizarán auténticas empresas submarinas –como por otra parte ya ocurre desde hace años– que facilitarán la llave incluso en su propio país. En esto son maestros los italianos y los británicos.
Serán los nuevos marginados, voluntariamente marginales, algunos de los cuales escaparán hasta del mismísimo radar de Hacienda, la local o la estatal, como supongo que ocurre con muchos vehículos de alquiler, taxistas pirata, servicios de prostitución masculina y femenina, alquileres de lanchas y limusinas, caterings adlib, fabricantes de ropa de moda, etc. De modo que si de verdad se quiere recaudar serán imprescindibles al menos dos cosas: unas leyes sencillas, claras y que sean fáciles de cumplir y dos, una nueva filosofía inspectora, con especialistas en Internet y que hablen al menos tres idiomas con fluidez.

El resto quedará para el escaparate, donde se pelearán el Partido Popular y el Pacto (tampoco mucho, un poquito y solo antes de las elecciones) y entre el propio Pacto se coserán a puñaladas traperas, por catar las mejores tajadas.
Por supuesto, aquellos apartamentos regularizados desde 2012 o los que se den de alta ahora, y todos los hoteleros se harán cargo de la gestión de la ecotasa, para que este Pacto de Perdedores se dedique a financiar las neuras catalanistas y proyectos que nadie ha solicitado y que no hacen la menor falta, cual la nueva facultad de Medicina y otras muchas que irán saliendo.
Por el camino quedarán muchas ilusiones y se cometerán muchas aberraciones, que pagará el desgraciado desavisado que pillen sin hacer los deberes. La perdiz no está del todo mareada, pero pongan atención al nuevo mantra: techo, aforo máximo de plazas. Así, hasta que en el mes de mayo presenten el bodrio o simplemente lo retrasen hasta el año 2018.

miércoles, enero 18, 2017

Prou: Basta ya


Me encantan las plataformas que se forman en las redes sociales porque suponen una forma cómoda y funcional de aunar criterios, ofrecer informaciones potencialmente útiles. Por ello suelo participar más o menos activamente. Pero hemos de asumir que, de no ser moderadas con atención, derivan con facilidad hacia la demagogia y el delirio, hacia los voluntarismos hermosos pero impracticables. También son terreno abonado de los partidos y de los grupos mas adictos a Internet. Sin duda los mejores en este aspecto son los catalanistas y los de Podemos y en cualquier caso siempre contra el PP.
El PP es un partido raro, al que le cuesta defenderse, no porque no tenga argumentos, sino porque quizá da por sentado que la oposición ya se cansará de acumular mensajes en el mismos sentido. Y no, no se cansan, porque muchos de ellos viven de esto y van creando el caldo de cultivo que al final da una sensación de grandes masas, aunque ello no se refleje después en las elecciones.
Con tal de desactivar al PP son capaces de anular los mecanismos de la democracia y esto en Cataluña ocurre con facilidad y sin grandes consecuencias. Solo en un país cargado de atmósfera totalitaria puede existir un CAC para controlar los medios de información; o se pueden financiar dichos medios con cantidades exorbitantes con dinero de la Generalidad. O se puede crear un infame Pacte del Tinell, para enfrentarse todos al Partido Popular.

Ahora en Ibiza se está mostrando muy dinamizador el colectivo Prou!!! que ejerce de observatorio y de queja ante los abusos numerosísimos que están destrozando la vida en la sociedad ibicenca. Ellos piden audiencia y exigen algunos puntos para que sean corregidos o mejorados.
Algunos son obvios y razonables. No más beach clubs, control riguroso de las barcazas atiborradas de turistas en plena orgía, congelar permisos de construcción de grandes mansiones, cesar la promoción turística... pero otros ya saben de antemano que no son realizables de momento: el control de especies vegetales no se ha cumplido ni en los troncos de olivo que albergan serpientes. Tampoco en la disminución de plazas hoteleras o decrecimiento.
Prou no ha de funcionar como un partido político, con su ristra de mentiras y promesas inviables. Por ello veo lógico que solicite acciones razonables y factibles y que deseche las inalcanzables.

sábado, enero 14, 2017

El catalán se desploma

Por mucho dinero que invierta el Govern balear en la defensa del catalán, no hay manera. Aumenta el desinterés por estudiarlo y mucho más por usarlo. Los políticos del Pacto lo saben, lo cual me hace sospechar que más que una intención de defender el catalán (¿de qué, de quién?) es una práctica para alimentar a su clientela de sociolingüistas, filólogos, profesores, correctores, abajofirmantes y tal y tal. Es tanto el despilfarro en este campo que cuesta creer en la rentabilidad social de estas prácticas amiguistas y sectarias. Sobre todo, mientras el castellano está casi proscrito y apenas obtiene ninguna ayuda oficial para su aprendizaje entre los nuevos inmigrados. Y haría mucha falta.
Pero tampoco me sorprende, porque incluso a quienes escriben y pretenden publicar en lengua balear (en mallorquín o en ibicenco) ni siquiera son recibidos por la conselleria de Cultura. Aún tengo presente la nefasta política de Marià Torres (PSOE) que prescindía de todos aquellos libros que se le presentaran en ibicenco, en vez de catalán barcelonés. Esto es un cultivo sectario de la berza nacionalista, pero allá ellos.
El día 10 de agosto de 2015, la agencia Efe distribuía la noticia: Según estadísticas sobre la enseñanza de lenguas extranjeras, del Ministerio de Educación nos enteramos de que la lengua más estudiada es el inglés, seguido a mucha distancia del francés.

En Baleares –según expliqué en otro artículo– ha aumentado el interés por el ruso. Y en todos los casos y estadísticas consultadas ha descendido drásticamente el catalán. Y no es desde 2015, ya en 2008 se conocía esta tendencia, cuidadosamente ocultada por los políticos catalanes separatistas, hoy reconvertidos en golpistas.

De no ser por la repuesta inmersión en los colegios de Baleares, Valencia, Cataluña y una parte de Aragón, se deduce que el catalán desaparecería en pocos años. Por los datos que conocemos en Baleares, el 98% de los colegios se han adscrito con mucho entusiasmo a la inmersión, aun a sabiendas de que es ilegal y de que el trilingüismo (español, inglés y catalán) es mucho más eficaz y justo. El TIL fue denunciado, pero al final los tribunales dieron la razón de su absoluta y pulcra legalidad, pero claro, ahora gobiernan los totalitarios del Pacto y no quieren aplicarlo. En resumen, se hacen querer. Y la concurrencia se lo paga con indiferencia y el uso del catalán se desploma.

miércoles, enero 11, 2017

En sequía pese a las lluvias


Los cambios de las Pitiusas han sido tan bruscos que ahora nos asombramos de que en algún momento de nuestra historia, el agua que salía de los grifos procediera de nuestros pozos, unas perforaciones que de forma inexorable acabaron por secar las entrañas de la isla. Era un agua con mucha cal, pero potable.
Con la extracción abusiva descubrimos otro curioso y enojoso fenómeno: las aguas dulces de Ibiza se estaban salinizando. Al bajar portentosamente de nivel, las filtraciones marinas fueron rellenando los espacios vacíos. Resultado: nos quedamos sin agua potable.
La historia de nuestras potabilizadoras o desalinizadoras no es larga, pero es azarosa. Aún recuerdo que la primera gran instalación (creo recordar que era de la empresa Hidrotecnyc) ofreció resultados mediocres y para colmo estuvo envuelta en un sonado caso de corrupción, cuya culpabilidad no pudo ser verificada por estar centrados los pagos en Luxemburgo. Por caridad navideña no doy los nombres de dos importantes políticos pitiusos que se vieron implicados pero no imputados, por la razón explicada.

A partir de este oscuro hito, los empresarios se vieron en la obligación de instalar plantas de desalado en sus hoteles. Era evidente que Ibiza estaba sin agua potable y que jamás –al menos en un tiempo razonable– recuperaría su nivel de lluvias capaz de regenerar los acuíferos, ya casi absolutamente asalitrados.
Los hoteleros lograron en apenas un año armarse con la tecnología suficiente para asegurarse el suministro potable, pero una vez más, el Estado y el Govern demostraron su ineptitud, su incapacidad, inversamente proporcional a su voracidad fiscal.
Por increíble que pueda parecer, han pasado 36 años y en Ibiza seguimos cada vez peor. La isla deja fabulosas cantidades al Estado en forma de impuestos, pero todavía no se ha conseguido asegurar el suministro del líquido elemento imprescindible para el desarrollo de nuestras actividad turística y para nuestra vida cotidiana.
Incluso se da el escandaloso caso de una potabilizadora en Santa Eulalia que lleva seis años finalizada, pero que no puede ponerse en funcionamiento por disparidades políticas. Francina Armengol, la presidenta de Baleares, con la ibicenca Pilar Costa de vicepresidenta, no dan señales de vida. Y no, las lluvias recientes no han servido para recargar los acuíferos. Solo para causar muchos destrozos.

sábado, enero 07, 2017

Decrecimiento acabará siendo empobrecimiento

Las Pitiusas podrían recuperar la soledad, pero no la virginidad
Ahora les ha entrado la premura y quieren limitarlo todo, de tal manera que lo que se llama decrecimiento acabará siendo una recesión, es decir, un empobrecimiento.
Pero como todo esto ya lo dije en los años ochenta, es obvio que les entiendo. En Ibiza viene demasiada gente en demasiado poco tiempo. Esto es un hecho incontrovertible y por mucho que nos hayamos acostumbrado a la fuerza a una presión brutal, no deja de ser una situación anómala.
Incluso recuerdo haber dado la cifra: los veranos ibicencos no pueden recibir una carga superior al millón y medio de turistas, o alrededor de esto. Ahora pasamos de los tres millones. Y aumentando.
Podemos ha hecho bandera de este tema. Jarabo empezó la legislatura lanzando coces a los hoteleros, al tiempo que se procuraba por vía interpuesta, unas excelentes subvenciones para su empresa relacionada con IB3 (¿de verdad esto no va a investigarse?). Me refiero a Jarabo, el artista que ya ha expulsado a dos significadas diputadas regionales acusadas de corrupción (caso Bachiller). Como dice el columnista Perpinyà, esto supone el 20% de Podemos y es cierto si de diez diputados echas a dos.
Pues bien, en manos de estos estamos, al lado de Mes, catalanistas radicales sin una mala palabra ni una buena acción. Nuestro vicepresidente Barceló es independentista y entre sus muchas gestas consta su presencia estelar en la manifestación ´De la autonomía a la sobirania´, en la de 2015 se quemaron varias banderas españolas y me temo que en 2016 lo han vuelto a hacer, aunque no afirmo que fuera él directamente el incendiario. De Cataluña copian lo malo y lo peor. Ignoro hasta qué punto sienten el mismo odio hacia el turismo de masas, pero no es muy tranquilizadora la idea de dejar en sus manos estas tareas tan delicadas.
Y miren que yo mismo hace mucho tiempo hablé de aplicar numerus clausus, pero era más un deseo por un sentimiento de agobio que una petición formal de que se aplicaran, lo cual, además es imposible.
¿Vamos a instalar estos artefactos de control de aforo en el aeropuerto y en el puerto para ir contando los turistas europeos? ¿Cómo descontamos a los nativos? ¿Contabilizarían los miles de moros y musulmanes en general, así como los subsaharianos? Y de hacerse ¿en base a qué ley vigente?
Lo único que se puede controlar y hace décadas que tendría que haberse hecho, es el urbanismo de Ibiza y de Formentera. 
La palabra la tienen Putin, Assad, Trump y Erdogan.

miércoles, enero 04, 2017

El techo

La torre desplomada en Can Pere Musón. Foto Xescu Prats

Nos pasamos el día hablando del techo del número de turistas que puede soportar Ibiza (y Formentera está en las mismas o peor). O se pasan, yo no. Yo lo hacía en 1983 y siguientes: Ibiza no está preparada para recibir más de un millón y medio de turistas, decía entonces y escrito está. Cuando hoy sabemos que recibe más del doble.
¿Cuál es la carga turística que pueden soportar las Pitiusas? Esta pregunta es clave. Pero mientras reflexionan la respuesta, fijémonos que en vez de perder el tiempo argumentando sobre el techo, haríamos bien en cimentar los suelos y los sótanos, porque nos estamos hundiendo, no en sentido figurado sino en el real.
Sin recurrir al desplome del conjunto urbanístico de es Cubells hace unos años (se llama sa Caixota creo recordar), en las fuertes lluvias de mediados de diciembre (2016) hemos visto como varios lienzos del muro de piedra y del talud se han disgregado como el azúcar en el café. O grandes rocas de varias toneladas se han deslizado por la ladera y han bloqueado los caminos. Las piedras han rodado y han resbalado. No ha de sorprender a nadie, sabiendo que los suelos son arcillosos.
No solo ha sido en es Cubells. Toda la isla ha recibido estas trombas de agua y rachas de viento, que se han llevado por delante árboles, tendidos y paredes. Sin duda la pieza más preciada ha sido la hermosa torre predial de San Lorenzo, en el conjunto arquitectónico de Balàfia.
La imagen de Dalt Vila es la emblemática enseña de nuestra isla en lo concerniente a la urbe; es Vedrà es el referente y el icono de Ibiza en la parte natural paisajística; el conjunto de torres de Balàfia es la imagen de la Ibiza rural, la isla crucificada por constantes ataques piráticos a lo largo de cientos de años, sobre todo en el siglo XVI, que es cuando se levantó esta fortificación pétrea. Con los años, sufrió numerosas embestidas y cumplió su función defensiva, pero no ha soportado la prueba de la erosión.
Mientras nos preocupamos del techo, nos hundimos en el suelo: pasamos por ojo, decimos en ibicenco. Esta será una buena ocasión para restaurar caminos, carreteras, paredes e instalaciones, aunque personalmente tengo mis dudas de que la torre desplomada tenga que volver a levantarse. Yo la dejaría así, al menos de momento.