miércoles, junio 18, 2014

Las pitiusas siguen diciendo que no

Ibiza y Formentera dicen siempre que sí a todo, a casi todo. Pero en el tema de las prospecciones y posteriores extracciones, siguen diciendo que no, #IbizaDiuNo. Y encima no están calladas ni cansadas.
Quienes de alguna forma participamos en la movida inicial –no solo en artículos de prensa sino en blogs, Facebook y Twitter, por ejemplo– nos confabulamos para no adormecer ni disipar la actividad de protesta.
Supongo que muchos siguen asombrados por el goteo incesante de noticias, videos, reportajes en televisión y prensa europea sobre las prospecciones. Ya entonces se aunaron muchos talentos para ofrecer un verano que Ibiza nunca olvidará y que será retransmitido con regocijo y mucha atención por Europa y otras partes del mundo.
Ibiza sigue siendo una vez más una alegoría del planeta entero. Una metáfora de nuestros anhelos, fracasos asumibles y éxitos silenciosos. Un cosmos cerrado en si mismo, pero ahora provisto de unas antenas prodigiosas que multiplican la sentida protesta. Ibiza entera y sin fisuras se opone a que unos lamentables intereses particulares, sin una excesiva rentabilidad demostrada, puedan acabar con la utopía y las ondas de energía positiva. Y con el turismo y con la vida social y con la gran metáfora que es Ibiza, que se ofrece ante unos europeos hartos de la prepotencia y la corrupción de sus políticos, que tienen por costumbre desatender a sus votantes con todo el cinismo del mundo.
Ibiza se ha puesto al frente y ha liderado un movimiento que ha dejado sorprendidos a propios y extraños por la calidez, calidad y verosimilitud de sus mensajes.
Al propio tiempo se van conociendo trabajos científicos y empíricos que corroboran la mecánica de estas corrientes de un mar interior llamado Mediterráneo, que ya está muy afectado por diversos agentes contaminantes.
Se confirma la alarmante sospecha: en caso de accidente las Pitiusas recibirían de lleno, pero Mallorca, Menorca y Valencia también. Y todo por un puñado de barriles de un valor relativo totalmente insignificante en comparación con la enorme riqueza que genera el turismo. De fondo otras sospechas onomásticas, como el extraño papel del ministro Soria, de quien me niego a escribir cosas feas, pero que lo cambien cuanto antes por el bien de todos. Seguiremos, sí, ya lo creo.
Porque en este reducto fenicio siempre hemos sido especiales y algún día teníamos que demostrarlo. Se verán maravillas.
@MarianoPlanells