sábado, noviembre 30, 2013

Los misterios de la seta y el de los insomnes

Me encantan los secretos y los misterios, mucho más si son de Ibiza o de Formentera.
Muy brevemente, hoy intentaré aportar dos misterios que me tienen muy intrigado. El primero es el pebrasset de moro, una seta rara y endémica que parece caída del cielo y que tiene una presunta relación con otra muy parecida que solo crece en... Nepal.
Los ibicencos tienen esta costumbre consabida de a todo lo que sea antiguo calificarlo de moro. Da igual que sean silos para el grano, que sean higos o que sean animales: es de moro. Pero no dan ni una, pura ignorancia, de moro hay muchas menos cosas de los que nos imaginamos en Ibiza. Ni lo son las singulares ses Feixes, un sistema de regadío heredado, construido y mantenido casi con seguridad de los arcaicos fenicios. Ni los son los higos chumbos (vienen de América) ni lo es esta seta también conocida como ull de perdiu, cama de perdiu o seta reluciente.
Respetando la sacrosanta autoridad científica del micólogo (que estudia las setas, no los monos) Jaime Espinosa, permítanme adelantar una tesis que, como siempre irritará a los pancatalanistas: estas semillas –y muchas otras– debieron ser transportadas por los antiguos fenicios que conseguían así un depósito de proteínas que soportaba las condiciones del peor viaje. ¿Cómo llegarían las semillas nepalíes a Beritos, Biblos o Sidón? Esto se lo pregunten al maestro armero, porque si tengo que contestar yo usaré la misma técnica, es decir, la lógica del comercio y del transporte, siempre tan relacionado con lo más alejado de Oriente. Los fenicios no se rendían ante huracanes ni montañitas: metían cuchara en todas partes. Y estas setas podrían crecer en un barco (?) y aportan proteínas y vitaminas frescas. Y así fue como llegó a Ibiza y sólo se encuentra en Ibiza. Si non e vero, recuerden, yo no les prometí la felicidad, solo pasar un rato.
El segundo misterio es más difícil de solucionar: si a Ibiza vienen casi tres millones de turistas y sólo tenemos 87.335 plazas hoteleras ¿pueden decirme dónde duermen los estorninos y las golondrinas clubbers que pueblan la isla durante tres meses? Misterio, secreto insondable e insondeable. 
Demos por hecho que estas colibríes semivestidas pasan varios días insomnes, entregadas a los placeres excitantes de la química. Pero en algún sitio se ducharán, se cambiarán las braguitas (las que usen).
Ibiza engulle a los insomnes, los volatiliza, los hace descomparecer (descomparèixer, en idioma ibicenco) como si cayeran bajo la influencia de un agujero negro, en el buen sentido de agujero. 
No me extraña que los hoteleros ya estén un poco mosqueados. Tres millones de turistas y las habitaciones vacías la mayor parte del año. Aquí pasa algo raro. Misterios inextricables cuya solución solo podría afrontar el mago Montoro en un alarde de magia negra.

miércoles, noviembre 27, 2013

Los rompebaldosas

Vara de Rey con sus actuales baldosas (Diario de Ibiza)
El fenicio está un poco harto de que cada par de años rompan todas las baldosas de Vara de Rey y otras zonas limítrofes y no le encuentra un sentido lógico a este burdo despilfarro. Ni ético, ni estético, ni estático.
Uno se imagina que es para mover dinero, con el peligro que conlleva (en cada colada se pierde una sábana) pero el municipio tiene otras muchas necesidades y mucho más urgentes. Hay sectores y sitios donde invertir mejor el dinero del contribuyente.
Por cierto, un dinero muy alegremente dilapidado según van explicando sucesivas noticias en la prensa. El derroche debiera estar penalizado y para ello la prensa tiene una gran responsabilidad. No comento otras actividades presuntamente delictivas. Yo dejaría tranquilas las plazas de Vara de Rey y del Parque. Déjenlas en paz.
Esta vez coincido con el EPIC de Villalonga, un partido al que podría votar Cristóbal Colón, de ser ibicenco. Estoy de acuerdo en que no vote los presupuestos del 2014, pero no por el hecho de que no se incluyan partidas para estas obras, sino porque no hay que realizar estas obras. Gasten el dinero en otras zonas y mejoren la ciudad, que en algunos tramos está hecha una porquería.
Ya bastantes baldosas se rompieron inútilmente en tiempos nacional-socialistas y estamos esperando todavía las medidas de ahorro, aunque ello sea imposible si es cierto que mantener a los políticos pitiusos nos cuesta 4,7 millones de euros cada año. ¿Y este dinero para qué es? Para nada, solo para pagar a estos ineptos políticos que llevan al ciudadano por la calle de la amargura y su correspondiente escudería de asesores y adjuntos.
El ciudadano y el empresario privado han ajustado de forma drástica sus dineros. Pero ¿ha visto alguien que los ayuntamientos del PP y el Consell hayan reducido algunos gastos de manera sustancial? Yo no, los veo tan manirrotos como los anteriores gobernantes socialistas-nacionalistas. Solo para mantenerles el sueldo a ellos, 4,7 millones. No queda dinero para nada más, claro, ¿cómo va a quedar? Y menos quedará en nuestro bolsillo si siguen aumentando los parados, los impuestos y las tasas.
Se lo han dicho en Europa y en España: se pueden aumentar los impuestos, pero en paralelo se deben reducir empleados públicos y políticos. Ayuntamientos e instituciones sobrantes. Pues no, no hay manera: se oponen como gato panza arriba los socialistas, los nacionalistas y el Partido Popular. Con ellos no va la crisis. Entre esta tormentosa temporada de carencias, entiéndanme si les pido que dejan de reventar calles y baldosas innecesariamente. Espérense un poco para volver a las andadas.

sábado, noviembre 23, 2013

Rozando los tres millones de turistas

Tenemos que decirlo sin timidez: el verano 2013 ha sido extraordinario, es decir, fuera de lo normal, tanto es así que hemos batido todos los récords, en lo bueno y en lo malo. Digámoslo, paladeemos el triunfo y felicitemos a todos aquellos que hayan participado en el buen fin y desarrollo del año. Hasta el mes de octubre, el aeropuerto de Ibiza había registrado un total de 5.506.964 pasajeros, un incremento del 2,8% sobre el año 2012. Son cifras muy serias. Ibiza y Formentera nunca habían obtenido tales cotas.
Por cierto, sin maldad alguna ni con ánimos de desanimar a nadie, el fenicio quiere –a riesgo de ser redundante– aclarar una y cien veces que este no es el número total de turistas. No se rían. No hace mucho leí una entrevista con un joven empresario del turismo ibicenco que parece haber inventado el turismo lúdico de lujo, cuando ya llevamos más de 30 años con establecimientos hoteleros que se dedican a este sector. Lo que pasa es que estos profesionales eran discretos, a diferencia de los de hoy, que van disparados como una moto, como si hubieran inventado el Mediterráneo. Supongo que todos hemos sido jóvenes y que todo se aprende. Pues bien, este mismo explicaba exultante que en Ibiza habían venido cinco millones de turistas. No, no. Es un error común, elemental, por lo que los columnistas no tenemos más remedio que ir haciendo un poco de pedagogía. En realidad es muy fácil la mecánica, no la suma final, que siempre queda suelta en varios flecos.
Los 5,5 millones del aeropuerto se han de dividir por dos, ya que son entradas y salidas. Por el aeropuerto un pasajero transita por sus instalaciones tanto si llega como si se va, tanto si entra como si sale. Por eso, esta cifra final tan impresionante. Tampoco podemos deducir que todos los usuarios sean turistas. No lo son. Hay no pocos miles que son viajeros que entran o salen de la isla por los motivos más dispares: trabajo, placer, sanitario, religioso, a saber. Otro rasgo de distorsión es el índice de repetición: muchos usuarios de los vuelos pueden usar los servicios veinte o cuarenta veces en un año, tanto de entrada como de salida.
Ya que estamos en la cocina de la estadística, tampoco podemos olvidar que no es el aeropuerto el único medio de entrada y salida a las Pitiusas. Una vez corregido el sesgo por aproximación a las cifras aeroportuarias, tendríamos que investigar cuántos posibles turistas han venido en barco, en ferry de línea. A ello hay que sumar unos miles (ignoro cuantos y nadie dará estas cifras) que vienen a Ibiza por sus propios medios, yate o lancha.
Así que también en el manejo de cifras se ha de templar la euforia. Espero que a finales de diciembre sepamos con bastante rigor el probable número de turistas en 2013. Mientras tanto, brindemos por esta riada o mejor dicho, mareada de turistas. ¿Me aceptaría usted una cifra redonda de casi 3 millones? En tal caso, es un récord impresionante. ¡Bingo!

miércoles, noviembre 20, 2013

Queremos las cabras mallorquinas


Los mallorquines tienen un problema muy gordo este invierno y yo quiero ayudarles. Como saben, toda la parte Sur de la Serra de Tramuntana se quemó en uno de los incendios más devastadores de los últimos años. Ahora se van juntando un centenar de voluntarios cada fin de semana para ayudar a limpiar y resembrar los plantones. Pero ha saltado la alarma, porque precisamente en esta zona hay inmensos rebaños de cabras que vivían hasta ahora en un estado semisalvaje en estos parajes calcinados.
Es sabido que la cabra arranca de raíz cuanto hierbajo puede llevarse a la dentadura: no hace muchos distingos, por esto es tan buena trabajadora para limpiar bosques. Ahora no es momento de tragarse el verde de estas rocas y tierras que han quedado calvas y tristes: las cabras que eran una bendición, ahora son todo lo contrario. Es sabido que las cabras son tan peligrosas como un incendio o una política cementera desarrollista. La situación es peliaguda, porque si se dejan libres a los rebaños, acabarán por tragar los tiernos brotes verdes de la reforestación y del recrecimiento, que será particularmente deseado en los meses de primavera.
La cuestión es que muchos han pensado en sacrificar este ejército de hermosas cabras mallorquinas.
¿Vamos a consentirlo los hijos de Tanit? Nosotros necesitamos justamente estas cabritas para que nos salven del próximo incendio, que ya toca: Ibiza está tan enmarañada que bien podríamos adoptar estas cabras –respetando la propiedad, incluso de los cabritos que nazcan en Ibiza, digo yo– para que ejerzan su remolona función, y vivan desbrozando bosques y márgenes repletos de peligrosa vegetación invasiva.
Estoy seguro de que muchos ibicencos recibirían un trabajo así como una bendición caída de Mallorca (de donde nos caen bastantes putadas, las más de las veces), mientras que los amos de los mamíferos obtendrían pastos y seguridad para sus manadas. Justa reciprocidad, todos reciben beneficio y las cabras conservarían el cuello.
Estoy seguro de que incluso alguna compañía marítima las transportaría en sus bodegas gratis o a precios muy bajos. Sería una forma de colaborar con la ecología de la isla y de lavar un poco su imagen de rácanos y explotadores que tienen ahora.
La cabra es uno de los animales más limpios de la naturaleza. Todo son virtudes. Las bodegas de las barcas llegarían más limpias de lo que salieron del puerto de Palma, porque son mucho más cuidadosas que las cabras británicas, que dejan los tapizados llenos de vómitos extemporáneos.
En fin, la idea era, es, esta. Para mí es lógica, razón por lo cual dudo que alguien se ponga manos a las cabras y las lleve a buen puerto, nunca mejor dicho.
Y por supuesto, sacar las cabras de es Vedrá, donde jamás debieran de haberse reintroducido. Estaba aprobado y apalabrado, pero confieso que ignoro cómo acabó la cuestión. Cabras mallorquinas, mem, welcome to Ibiza.

sábado, noviembre 16, 2013

Pániker y sus años en Ibiza

Salvador Pániker y Francisco Umbral
Uno ha procurado leer a todos los escritores que han hollado los polvorientos caminos de tierra de las Pitiusas. Pocos me faltan y ya tengo un interés muy atemperado, pues inevitablemente me he tragado –por patriotismo fenicio y para mi información personal– bastantes libros mediocres. Malos, pocos, porque cuando unas cuantas páginas revelan sequía o nimiedad, el fenicio lo dejaba caritativamente de lado. Se han escrito muchísimos libros malísimos en Ibiza y sobre Ibiza. Se han escrito unos cuantos libros muy pasables y algunos realmente muy buenos. Quien me vaya leyendo ya sabrá a cuáles me refiero, ya que los he ido comentando de mil formas distintas y en otras tantas ocasiones. Un elefante que siempre me ha inspirado empatía es Salvador Pániker (acentuado en esdrújula su apellido indio españolizado). Me ha regalado momentos impagables a finales de los 90, una época mía tumultuosa y paradójicamente de muchas lecturas. Sus 'Testamentos' inspiran y acompañan, porque tiene una mente reflexiva que fluye como un manantial salutífero aun en los peores trances narrados y todo ello con un añadido que yo valoro sobremanera: las sensaciones y las emociones intervienen sin tacañería, pero sin inoportunidad gratuita. Se escribe a sí mismo y de paso nos describe a todos.
Ahora saca en Mondadori su ´Diario de otoño´: «La memoria de lo que me está pasando y de lo que no me está pasando, una divagación permanente que nunca permito que se deslice hacia la ficción». Lo leeré y sé que no me defraudará su prosa y su energía elegante, propia de esta gente que siempre se queja de la salud. Por contra, en dinero y en amor le fue bien. Vivió los mejores años de California y de Ibiza y supo cuándo abandonarlas a ambas. El tiempo le ha dado la razón. 
Como tantos padres de su edad que han perdido un hijo en esta guerra implacable que es la autoconsunción por abuso de algún tipo de droga, o por algún accidente, declara que ha sido el peor acontecimiento que ha vivido. Le creo, no por experiencia personal, pero sí próxima, la de tantos amigos cercanos que han visto dramáticamente cercenada la familia por estragos incomprensibles, irreversibles. Por muchos recursos mentales y emocionales de que dispongas, imagino que una vez ha pasado la perplejidad puramente biológica, es inevitable que nos acosen fantasmas en forma de culpa, de posos recurrentes, por mucho que racionalmente uno ignore cómo gestionaría una situación así de verse obligado a repetirla.
El diario es terapéutico dice. Claro. Verbalizas, gestionas, drenas, evacúas, reorganizas el armario donde se vive la gran tempestad de los sentimientos en la historia personal. No quisiera dar la impresión de que el libro de Pániker, que todavía no he leído, se ciñe solo a esto. Pero sí también a esto. Es afluente y es caudal de una gran variedad y riqueza humana. Y como decía, los humanos no somos tan distintos, podemos caer en las mismas simas, pero siempre nos queda este acto reflejo de recuperación, de resiliencia o de redención que nos engrandece. Por esto yo leo sus Dietarios con fruición y agradecimiento.

miércoles, noviembre 13, 2013

El turismo accidental

El fenicio ibicenco ha ido de Cartago a Fenicia y ha vuelto varias veces y por eso sabe que el mayor enemigo del navegante son los estados de ánimo extremos. Malo es el derrotismo y el desánimo, pero mucho más peligrosa puede ser la euforia. Si la euforia baila exultante sobre la alegría, entonces, la alarma salta a la primera.
Esto nos pasa a menudo en estas islas: pasamos de los incendios fogosos y apocalípticos a los fríos húmedos de enero y de la insoportable marabunta agosteña a los sólidos silencios helados del invierno, tan difíciles de soportar si no tienes un buen camarote lleno de libros o de algún placer alimenticio para el espíritu.
El fenicio se rasca la cabeza ahora. Otra vez nos acecha el peligro de la euforia desatada. Empero fíate y no corras. Es decir, no se fíen de los halagos, no se dejen engatusar. Y encima, este acartonado optimismo nos llega con el ingenio de las cifras como efemérides. Lo del año 14 dará mucho juego, y en Ibiza para no ser menos ya se nos ha asegurado –estos de TUI– un 14% más de reservas. Por lo demás, algunos vecinos carolingios se acordarán del año 1714, en un ritual falsificado que intentarán exportarnos a los fenicios de Ibiza y de Formentera. Otros quizás celebren la expulsión definitiva de las tropas napoleónicas del suelo patrio en 1814. En Ibiza mantuvieron algunas guarniciones de soldados franceses presos, que tratándose de una aislada cárcel abierta al mar, permitía a los desgraciados darse algunos paseos como si fueran viajeros o turistas.
No se fíen. Es cierto que en toda España se celebra el gran aumento de turistas, pero no así de contratación de trabajadores ni de ingresos en caja. Lo mismo en las islas. No se fíen de estos excelentes augurios, porque nacen contaminados de origen: no podemos celebrar mejoras sustanciales de nuestras instalaciones ni de nuestra política turística global.
En realidad, la gran aportación de turistas extranjeros se debe tanto a nuestros equipamientos, ya de sobras conocidos y anticuados, cuanto a la azarosa y continuada situación social y política de los países ribereños de la competencia. Desde Marruecos a Estambul, la situación está hecha un desastre. Y no entro en la ribera Norte del mediterráneo, cuya situación en general es igualmente insegura y poco atractiva para el turismo.
España está gestionando un regalo inesperado. Esto sí que es el turista accidental, como en la película. Ibiza está ordeñando un establo de vacas que han entrado a pastar en nuestro prado porque en las cercanías han caído copiosas nevadas. Y les sigue nevando, pobre gente.
Piensa el fenicio que debiéramos aprovechar la contingencia para consolidar nuestra industria turística de cara al exigente mercado europeo, ruso y donde podamos meter la cuchara. Pero templemos nuestras euforias, son nuestro peor enemigo. Y cuidemos con mimo de estos frutos como caídos del cielo.

sábado, noviembre 09, 2013

Alquiler turístico

"Ahora desaparece la Ley de Arrendamientos Urbanos y es sustituida por una nueva Ley de Alquiler que aprieta las tuercas a los propietarios. Trato duro y sin contemplaciones a los que dispongan de alguna vivienda o apartamento que pretenda alquilar durante el verano, que pasarán a ser controlados por los reglamentos emanados de las respectivas comunidades autónomas», escribía el pasado 12 de junio de 2013, en ´Alquilar la vivienda puede salir caro´ y anticipaba esta polémica ahora ya abierta en las páginas de la prensa y en las tertulias.
Es difícil de justificar que quien tenga una propiedad que le ha supuesto y le supone unos gastos corrientes no pueda amortizarlos alquilándola a los turistas. Pero por otra parte, quien tiene un apartamento en zona residencial no tiene por qué soportar la enojosa marabunta de turistas guerreros que se apropian del día y de la anoche sin respetar horarios ni descansos.
La explicación, sin que sirva de precedente, está en la naturaleza turística o en la taxonomía científica de estos mamíferos que maman las 24 horas sin parar. Porque si los turistas de Ibiza pudieran clasificarse en el apartado de turistas civilizados no tendríamos el menor problema. Puede vivirse y coexistir al lado de gente que sabe convivir, de otra forma es imposible.
Es como vivir dentro de un hotel, imagínenselo, sugería Carmen Ferrer, nuestra consejera de Turismo. ¿Pero en qué hotel? Ahí está la clave. En el hotel Palace se vive estupendamente o en el Plaza de Nueva York todavía mejor. Sin problema.
Los problemas llegan cuando nos topamos con esta chusma colocada que difícilmente admite la condición de social. Las relaciones sociales exigen algunas mínimas exigencias y en los hoteles de Ibiza, en general no se dan.
Todavía peor en cualquier bloque residencial si se alquilan varios apartamentos turísticos. Lo sabemos empíricamente: arrasan con todo, incluso físicamente. Es por ello que es fácil deducir que la Comunidad de Baleares no vea con buenos ojos la universalización del alquiler turístico. Por lo demás, es anecdótico que las medidas restrictivas salgan en ayuda del sector hotelero; en apariencia puede ser así, pero si profundizamos veremos que gran parte de los grupos de apartamentos turísticos son propiedad precisamente de los hoteleros.
Puñetas administrativas aparte (control policial, pago de impuestos, etc.) parece de buena lógica, conociendo la historia y las procedencias del turismo pitiuso, separar claramente el alquiler residencial del meramente turístico. No hacerlo así sólo servirá para encrespar más un ambiente ya hastiado. Los residentes pueden tolerar una isla ruidosa, generosa con la conducta y los ambientes extremos. Pero no pueden entregar toda la isla, todos los espacios a estos vándalos del Norte. De ninguna manera.

miércoles, noviembre 06, 2013

Nuestra ´navy´ para la fiesta de Ibiza

Todo un dragaminas frente las costas de Es Vedrá

Si se autoriza un party boat, se tienen que autorizar varios, no sé cuántos, pero en buena lid se ha de aplicar el mismo rasero para todos. Lo digo para avisar –casi en registro de humor, que buena falta nos hace– sobre un fenómeno que se nos avecina: la subasta de barcos de nuestro ejército que van entrando a puerto para desguazarlos en nuestros astilleros (El Ferrol).
Ya les dije que la fragata ´Baleares´ es una de ellas, tras 31 años de servicios. No está mal, pero uno intuye que con los arreglos necesarios, podría estar en activo una o dos décadas más.
Más triste y caro ­–lo pagamos todos los contribuyentes– es el caso del portaaeronaves ´Príncipe de Asturias´. Lo que siempre hemos llamado coloquialmente, todo un portaaviones. Podría haber sido remodelado, pero costaba demasiado para nuestros mermados presupuestos militares. Se ha intentado venderlo incluso a otro país, por ejemplo, a Filipinas, con la condición de que contratara las mejoras en nuestros astilleros. Pero finalmente, el majestuoso bajel va ir al desguace.
Todo esto sale en la prensa y en Internet, lo digo para los interesados, porque la fragata sale a subasta con un precio de salida de 50 millones de pesetas, 300.000€. Y en serio o en broma, no sería de extrañar que algún grupo de piratas turísticos, tan aficionados en centrar sus actividades en Ibiza -por algún extraño motivo que ignoro- se decidiera a pujar por algunos de estos navíos y los repusiera en actividad en nuestras pacíficas aguas de Ibiza y Formentera.
En tiempos de crisis suelen nacer las ideas mas disparatadas. ¿Quién iba a decir que un dragaminas comprado en lo más alejado del Oriente podría pasar todo un verano dando la serenata toda la noche sin que absolutamente ni una autoridad moviera un dedo? Así que el 'Príncipe de Asturias' bien podría recalar en las afueras del puerto de Portmany (dentro dudo que cupiera) o en Botafoc. Es más, los clientes – allá ellos si van hinchados de meta y de éxtasis– podrían tomar el portaaviones al abordaje y organizar premios para los ganadores. Y toda la noche dale que te pego con los bafles enfocando hacia las residencias, casas y chalés de la costa.
Y ahora en serio, porque algún escocés cocido podría poner en peligro la integridad de la villa de Portmany, los cañones y ametralladoras están siendo desarmadas y desmanteladas. De las fragatas solo queda la carcasa, un espacio perfecto para una gran discoteca. Ya digo, muévanse, hagan sus apuestas o mejor aún, pujen por aquello que más quieren para forrarse: Ibiza es un espacio de libertad donde se permite cualquier cosa. Mientras pague y no le cuente nada a papá.

sábado, noviembre 02, 2013

Las excentricidades sospechosas de Ibiza

La fragata Baleares se subasta en El Ferrol ¿Acabará sus días como una discoteca flotante, como partyboat en Ibiza?

Desde que han desaparecido la falsa princesa Smilja, el falso pintor Elmyr de Hory, el Madriles y el perrito Fatty es como si Ibiza hubiera bajado el pistón en su catálogo de personajes extravagantes y, en cierta forma, entrañables. Pero no desesperen, las Pitiusas siguen ofreciendo año tras año sus buenas dosis de excentricidad, que nos sorprenden en verano y nos alargan el tema para el resto del año.
Hay media docena de temas al menos, desde la enojosa proliferación de las medusas, un fenómeno en el que algo tendrá que ver el acumulador de energía de es Vedrà o esta manía por pegar el palo, coger el dinero y echar a correr. Tendrán su derecho, pero uno recuerda los cientos (o miles) de vehículos que usan los servicios de Ibiza pero pagan sus matriculaciones o impuesto de circulación en pueblos de la Península. Hoy no quiero hablar de esto, sino del último invitado en nuestras carteleras de ocio de pago: los barcos de guerra, ganados para la paz. Los dragaminas, las fragatas.
El dragaminas ´Mojo Panamá´ no es mojito ni ha sido moco de pavo. Desarmado y desmantelado, ha sido reciclado para los party boats más salvajes y atrevidos. Viento en popa a toda vela, a toda máquina y con el volumen en plena noche abierta más propio de una discoteca cerrada, ha dado uno de los espectáculos más bochornosos del verano del año 13. ¿Bochorno para quién? Para un ramillete de instituciones y autoridades cuya sola existencia supone un derroche abrumador que tenemos que pagar todos con nuestros impuestos. No justifican sus sueldos deteniendo a media docena de pequeños camellos a finales de septiembre o multando por exceso de ruido en las últimas fiestas del verano. Todo esto ya no basta. Más resultados.
No quiero aguar la fiesta, pero en un sitio donde no se cumplen las reglas, se penaliza al que las cumple, porque no puede escabullirse o porque de buena fe quiere estar dentro de la ley.
Lo de estos barcos tiene solución y deben exigirla los mismos que han de velar por su cumplimiento. Entiendo que el Club Náutico o algunos ayuntamientos defiendan estas actividades. Claro que lo entiendo. Pero se exige claridad.
En tal caso, hay que reglamentar con pocos requisitos pero muy claros ante quien han de responder. ¿Dependen del ayuntamiento y de la conselleria pertinente? En los permisos puede ser, pero en el mar es la Guardia Civil del Mar y –en caso de consumo de drogas– también Vigilancia Aduanera. No lo sé. Expertos tiene la ley: demasiadas leyes, demasiados expertos que apenas cumplen ni hacen cumplir.
En cualquier caso, debo avisarles: voy detrás de la fragata ´Baleares´ que tras 31 años de servicios pasa al desguace en el El Ferrol. Es más, con mi grupo kuwaití, tengo el ojo tuerto puesto en el portaviones ´Príncipe de Asturias´, que también va a la chatarra. Que tiemblen Amnesia, Space y Pachá. Y otros muchos. Se acabó el ir en bicicleta.