sábado, diciembre 28, 2013

Peligros en Ibiza y fuera

Baleares es la segunda Comunidad española que sufre más robos en las viviendas, detrás de la Valencia. Como hemos llegado a esta peculiar situación es algo que nos puede explicar el estudio realizado por la aseguradora Línea Directa, Estudio sobre el robo de viviendas en España, donde han cruzado los datos oficiales contenidos en los balances sobre criminalidad del Ministerio del Interior con el total de viviendas de España, unos 26 millones.
Las conclusiones dejan pocas dudas: Baleares va en cabeza, junto con la Comunidad Valenciana. Las menos atracadas son Extremadura, Asturias y Castilla León. Ello corrobora la sensación percibida en Ibiza, donde el aumento de los robos a viviendas se han convertido en algo habitual, a veces acompañados de violencia. Este estudio refleja que los delitos más habituales son en viviendas unifamiliares como las de Ibiza, durante el fin de semana y a plena luz del día. El efecto psicológico sobre los residentes es demoledor.
Cambio de ubicación. Dejemos los peligros de Ibiza encapsulados en la isla y hablemos de los peligros que corren los miles de isleños que salen para pasar el invierno en el Magreb, India, África o Sudamérica, con la salvedad obvia de que peligros los hay en todas partes, por lo que es aconsejable conocer las zonas rojas donde te juegas el patrimonio y el físico.
Argentina, bellísimo país antaño acogedor, se ha convertido en los últimos años en una sucesión de trampas peligrosas en varias zonas concretas. Antes de viajar hay que documentarse un poco. Pero ocurre lo mismo con Brasil -aumentos de delincuencia muy altos- México, Ecuador, Colombia, Bolivia, etc. Antes de planificar es útil estudiar la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España o indagar en el buscador de Internet el listado de países más peligrosos del mundo. Hay abundante información al alcance de la mano.
Los ibicencos en general eligen el Marruecos interior, donde ya establecen relaciones más o menos confiables, pero ciudades grandes y casi todo el Magreb son, en estos momentos, destinos altamente desaconsejables. Igual que Egipto y por supuesto Siria.
Una regla que no falla ahora es desistir de viajar a países africanos musulmanes o con mayorías islámicas. Países como Mauritania, Mali, Etiopía, Sudán están totalmente vetados al turista. Ni acercarse. No solo es el pequeño hurto o deficientes condiciones sanitarias, es que ahora ya van al secuestro sin contemplaciones. No sabrás quién puede dañarte ni dónde acabarás, porque son tramas criminales en sitios que ellos conocen bien pero donde un europeo tiene poco que hacer. Los rescates no bajan de los tres millones de euros por persona.
Salir de Ibiza está muy bien, casi es inevitable, pero según a qué destino pretenda uno dirigir los pasos hay que dejar bien atado el itinerario y los apoyos. En caso de duda, rehuir la invitación y aprovechar para conocer la maravillosa España, con su gastronomía, buena gente y sentido de la hospitalidad. Y con buen vino siempre a mano.

martes, diciembre 24, 2013

Que no te trague una pitón

Fotografía facilitada por el Ayuntamiento de Ibiza de una serpiente pitón albina de 2 metros de longitud y casi 9 kilos de peso, que la Policía Local ha capturado en una calle de Sant Jordi, en la isla. El ejemplar, de color blanco y marrón y de grandes dimensiones, fue hallado en la tarde del pasado viernes por varios vecinos en la calle Varona de Sant Jordi, que llamaron a la Policía. EFE

Digo una cosa, dice el fenicio, que es como empieza cuando la va a contar gorda. Recuerda cómo hace pocas semanas un pobre hombre inconsciente por los efectos del alcohol fue atacado por una pitón y engullido. Cuando la policía llegó, tomó medidas, es decir, sacó fotos a la serpiente engordada por aquel extraño bocado confitado en alcohol. Publiqué la foto en mi blog y en Facebook. Todo el mundo pudo verlo en la prensa. Ocurrió en plena calle, a pleno día, en Kerala, donde van muchos ibicencos en invierno. Lo digo porque si aquí vamos soltando pitones alegremente se va a acabar el hacer la siesta bajo una sabina o un pinar. Que nos muerda la pantorrilla una culebrilla, pues mire usted, a beneficio de inventario y a tirar millas.
Pero una pitón es toda una señora serpiente, y más si es de San Jorge que es un pueblo de llano en donde se come bien. Lo sabían los piratas berberiscos y por esto lo atacaban siempre: por ser el pueblo más próximo a las costas del desembarco y porque siempre han tenido muchos cerdos, corderos y abundancia de cereal. Pero no tentemos la suerte, porque no podrá salvarnos ni el santo patrón de este hermosísimo pueblo, ahora masacrado por unas malas obras que han destrozado gran parte del diseño y quizás del futuro, no lo sé. No tentemos la suerte, no soltemos boas ni pitones porque en San Jorge se alimentan bien y crecen a gran velocidad.
Aquel santo varón llamado Jorge no era catalán, porque genuinamente catalán no hay nada, al menos que yo sepa. Era de Capadocia, en donde Gaudí copió sus famosas chimeneas, torres orgánicas sorprendentes que entusiasmaban a otro catalán universal, a Dalí. San Jorge venció al dragón, pero si alimentamos a las hermosas boas albinas, nuestro San Jorge de Ibiza no vencerá a la serpiente. El fenicio, que ha sido muy dado a la molicie, al buen arroz bien regado con cava francés, tiene un poco de miedo de estirarse bajo una higuera, sabiendo que algún bicho producto de la posmodernidad puede abrazarme, crujirme y engullirme. No tengas miedo, me decían de niño en el atrio del templo dedicado a Melkart (el de los viajeros), pero por Baal, si el miedo guarda la viña, que una imprudencia no vaya a estropearnos la cosecha. Ya sabemos que hemos liberado a la vida salvaje sobre el cemento a tortugas, iguanas, serpientes, caracoles, y otros bichos peludos, pero la Gran Serpiente Blanca rompe moldes. Si vas al mar, es más probable que te acribille una medusa cabreada por tanto olor a aceites protectores antes que te ataque el fiero jaquetón, el gran tiburón blanco, que en realidad solo viene a la costa a rezar antes de morir. O que pises la cáscara de algún erizo despanzurrado que ha abandonado un bañista francés. No es descartable que tengas que enfrentarte a la furia codiciosa de un hamaquero mercenario hinchado de esteroides. Lo normal en nuestra Ibiza robada, que nos la han robado quiere decir el fenicio. Pero lo de la boa me ha dejado caviloso. ¿Cómo te enfrentas a una boa de tres metros? No sean ilusos, no empleen la chirimía para hipnotizarla. Ella tiene hambre y no va de discotecas.

sábado, diciembre 21, 2013

Ibiza segura

Puede que los ibicencos y formenterenses hayan detectado una creciente ola de robos, raterías y sucesos violentos que rompen nuestra tradicional monotonía. Seguro que es así. Las casas de campo solían ser absolutamente tranquilas y a salvo de cualquier agresión o hurto. Las cosas han cambiado. Ahora los delincuentes saben que algunas casas de campo son auténticas fortalezas que esconden tesoros apetecibles. Es triste pero es así, es uno de los cambios de Ibiza y tendremos que aceptarlo. Los ataques con violencia que se han prodigado en los últimos años suponen una angustia añadida a esta crisis interminable que se nos está llevando nuestra calidad de vida por delante. Estos ataques son especialmente descorazonadores, pues ponen en peligro incluso la vida de sus habitantes. Cuando las fuerzas de seguridad detienen alguna banda de ladrones, apalizadores o apaleadores organizados, cunde una sensación de alivio, pero todos sabemos que este asunto tiene difícil solución.
Se acabaron los años de la Ibiza idílica donde apenas se usaban las llaves de la casa de campo. Permanecía abierta todo el día ante la seguridad de que nadie violaría el domicilio. Si nos comparamos con Mallorca o con pueblos peninsulares, no estamos tan mal. De hecho, si se pudieran desterrar las drogas de este mundo, los índices de delincuencia común se desplomarían. Pero no caerá esa breva. Porque quien pudiera (o quienes) poner alivio a este mal no estará por la labor. Deja demasiados beneficios.
La Ibiza invernal sigue teniendo esta curiosa defensa física antes que psicológica, que es la dispersión, que siempre fue un formidable sistema de defensa ante los ataques de piratas o de atacantes organizados. De todas formas, Baleares es la segunda Comunidad con más robos en viviendas. En esta sociedad esquizofrénica que hemos ido consolidando, existe la Ibiza de invierno y la del verano. Una y otra no tienen nada que ver. Por ejemplo, en invierno se van los policías, los que están de baja y los que están de vacaciones, pero además ahora leo que los policías locales formados en Baleares ya piden el traslado apenas pisan la isla.
Conocíamos este fenómeno en algunos funcionarios, en guardias civiles y en policías nacionales: pocos son los que se quedan definitivamente en Ibiza. No es que seamos feos ni que se viva mal en estas costas, pero hemos conseguido enloquecer los precios y la calidad de vida no compensa. Los transportes son carísimos, sin ninguna necesidad y sin ninguna explicación, pues Mallorca goza de otros precios y oportunidades y también es una isla. Así que los policías se van de Ibiza apenas concluye la temporada. Según la Plataforma para la Estabilidad de la Policía de Baleares, solo 8 de los 24 policías preparados son pitiusos. Los de fuera, a la vista de los precios de la vivienda y de la cesta de compra no lo dudan: salen por pies de Ibiza y de Formentera. El tema es complicado y a la vista de esta situación ya son muchos los que piensan en suplir estas carencias con los serenos o contratados de la seguridad privada. No sé si me gusta este arreglo, pero ¿alguien ve otra solución?

miércoles, diciembre 18, 2013

Prisioneros en Formentera

Joan Marí con la maqueta de la Colonia de la Savina, en la parte de abajo estaría s´Estany des Peix Foto Vicent Marí
Pedíamos silencio, tenemos derecho a exigirlo silenciosamente y en estas fechas podemos valorarlo y disfrutarlo, siempre que al lado de nuestra casa no levanten una central térmica biodiésel o una zona industrial o una discoteca. Los de Formentera podrán tramitar –o no– el BIC del campo de prisioneros de la Savina, donde dos mil presos de guerra pasaron una temporada de penurias. Se pasaba hambruna fuera, no se iba a pasar dentro. Los años más tremendos fueron los primeros de la década de los 40. Unos 2.000 silenciosos perdedores, algunos de los cuales murieron por avitaminosis, que es el mismo diagnóstico que Fidel dio en Cuba a los miles de afectados de ceguera. Murieron de hambre.
En Cuba se les dio un suplemento de vitamina B y todos comenzaron a ver, milagrosamente.
El novelista ibicenco Jordi Juan me habló mucho de este campo de prisioneros, que era uno de tantos que hubo en toda España. Y no el mayor. Hace unas semanas pasé por lo que fue el famoso campo de Castuera (Extremadura), que llegó a albergar a más de 10.000, o sea, cinco veces más que el de nuestra Formentera. Algunos autores de izquierdas les llaman campos de concentración. No tienen nada que ver. Eran campos de prisioneros y hubo un centenar de estables en toda España. Hay quien habla de 180, lo cual es altamente improbable en un país de 52 provincias. No hay que confundir -interesadamente o no- lo que es una zona temporal de reclusión con un campo asentado de prisioneros consolidado, como fueron el de Castuera o el de Formentera.
Lo cierto es que no es lo mismo una checa que una cárcel, no es lo mismo un campo de prisioneros, que usaron ambos bandos, el republicano y el nacional, que los campos de concentración, donde se concentraban civiles presos por motivos varios y que eran destinados al trabajo y al final al exterminio planificado, caso de los judíos en la Alemania nazi, por cierto en la misma época (1933-1945).
Quienes usen Internet encontrarán una lista exhaustiva aquí, incluyendo los campos del bando rojo y del azul. Quiero decir con ello que el valor histórico de estas instalaciones es muy relativo. No debiéramos magnificar la importancia de estas cosas. Respetando el trabajo de documentación de historiadores y arquitecto, dando por sentado el dolor, la locura y el sacrificio humano de una guerra que sólo acarreó desgracias y dejando claro el respeto que merecen todas las víctimas, me gustaría decirlo claramente: no debiéramos enquistar esta amplia zona y dejarla con las piedras mondas y arruinadas en recuerdo a una efemérides fatal, segregada del resto.
Ignoro quién es el propietario de este amplísimo terreno, pero sin llenarlo de edificios podría tener un uso más racional, respetando las proporciones, como parque abierto a todos, con un breve edificio-museo con un obelisco, por ejemplo. Pero eximiendo el resto de la superficie para parques, zonas de esparcimiento, incluso permitiendo al propietario la explotación de alguna zona, una parte, para amortizar la cesión del resto. Podría ser mucho más prolijo, pero prefiero ser breve y claro. Es mi opinión.

sábado, diciembre 14, 2013

Acabará el año 13 y...


Llegan fiestas señaladas, como se decía antes, supongo que de cuando se señalaban en el calendario de la pared, y uno no siente apetencias por la trifulca, pero es que parece que nos lo ponen a huevo.
Ya verán, acabará esta año 13 tan remarcable en nuestro éxito turístico y no habremos acabado los deberes que nos propusimos en marzo o en junio. En realidad, los políticos espesos y municipales, cuando tienen tiempo libre (se pasan la vida declarando ante los jueces) parecen decididos a hacer cosas, pero solo en la prensa. Pasan los días y no hacen nada de lo propuesto.
Así ha ocurrido con la embestida de las vallas publicitarias colocadas en los márgenes de nuestras carreteras. Pocos se ahorraron el reportaje de turno avisando que se aproximaban acciones contundentes para poner orden y derribar aquellas pancartas que no estuvieran legalizadas. Una vez conseguida la publicidad, se acabó el ardor en el trabajo.
Hay ayuntamientos que cinco meses después ni siquiera habían hecho el listado de todas las pancartas metálicas instaladas. Es algo que se puede hacer en menos de dos horas. Cinco meses y nada. Ahora ya han pasado al menos diez. Y nada. Cuando la prensa inquirió sobre la tardanza, alguien contestó que el ayuntamiento tiene otras cosas pendientes, lo cual es cierto, sin ningún género de dudas. Como la respuesta de la abuela cuando le preguntabas cuando llovería y ella te contestaba «pronto y cada vez falta menos».
Los políticos hacen como la abuela. Salir en la prensa sí, corren como galgos cuando ven un fotógrafo, se atusan el bigote o se suben la cinta del sostén y colocan la cadera en ángulo. Pero más allá de los fuegos artificiales y de las declaraciones ante el juez, poco les sacaremos en limpio. Solo sacándolos con nuestro voto.
Ya sabemos que aquí nadie cabe, aunque la isla está vacía durante seis meses. Antes el destrozo de las grúas y el entramados de plumas que cruzaba el cielo, ofrecían un trasiego de cementos, camiones y cableados surrealistas. Pero ahora, maldita sea la crisis, nos hemos quedado tan solos que ya se hace difícil encontrar un amigo para jugar al ajedrez o para echar unas bolas al tenis.
Ni contarán las vallas, ni solucionarán tantos temas pendientes, ni se aclarará lo del alquiler turístico, ni nada de nada. Aquí solo queda esperar la cascada de morralla que rellenará la isla a partir de mayo. Ahora disfrutemos de la paz invernal e hibernemos, aprovechando que han cesado los bombardeos –autorizados por el PSOE en su día– de la plataforma de Castellón y con ello se han acabado los terremotos, que siempre son molestos y alteran los nervios.

miércoles, diciembre 11, 2013

Sin miedo a las cifras grandes

Los ibicencos podemos hablar de las grandes cifras sin miedo ni falsa modestia. Los años 2012 y 2013 han sido de una crisis terrible en medio mundo (y la otra mitad ni siquiera aparece en las estadísticas), nuestra querida España está pasando una recesión de caballo y eso no obstante las Baleares están recogiendo unos exitosos niveles de captación turística. Los hoteleros y los profesionales del turismo lo tienen asumido hace muchos años: el mercado emisor de turistas apenas crece; pueden potenciarse algunos hábitos, promocionar determinado segmento, pero los turistas que te llevas a una playa se los quitas a la otra. De hecho el turismo emergente se está mirando más como una floreciente esperanza que como una realidad cuantificable.
El ejemplo de internet y de los transportes de bajo coste nos ilustra: se pueden introducir nuevas tecnologías y se pueden optimizar los transportes, pero la materia prima del negocio son estos cientos de millones que vienen del Norte frío y húmedo en busca de sol. A partir de ahí, los profesionales juegan su cartas en función de las variables que les sean más favorables. Unos ofrecerán sol y además playas, sexo, sangría y música. Otros dirigirán sus inversiones a un mayor nivel de lujo, casinos, pero en definitiva todos podemos llegar a final de mes gracias a la vieja Europa que nos manda a sus hijos sobrios para que se los devolvamos alegres.
Vale la pena repetir esto y a partir de aquí, una vez agradecidas las grandes cifras de turistas, recordar que les debemos un gran favor -aparte de los europeos que nos compran una estancia- a los países ribereños del Magreb: a Egipto, Israel, Jordania, Siria, Turquía, incluso Grecia y Bulgaria. Si no fuera por ellos, nuestras Baleares volverían a recolectar las algarrobas que ahora dejamos pudrir bajos los árboles. Entre la autocomplacencia y el autoflagelamiento hay un término medio y nosotros debiéramos encontrarlo, porque el turismo es nuestra única posibilidad. No tenemos petróleo, no tenemos grandes puertos y las minas de s´Argentera de San Carlos ya están más que agotadas. Las salinas no darían trabajo ni a dos centenares de obreros en los meses de la recogida.
Comprendemos y compartimos el júbilo implícito de la portada de nuestro Diario: las Pitiusas han recibido en diez meses de 2013 más turistas que en todo 2012. Y éste fue muchísimo mejor que el 2011.
¿Quedará algún ciego que se embriague o se autoengañe por este espejismo? Considero que no. Nuestros empresarios tienen una gran responsabilidad en remozar, mantener y mejorar las actuales instalaciones, en vez de llevarse toda la pasta al Caribe. Cada cual es dueño y de lo suyo y es muy libre de invertir donde considere oportuno, pero sería suicida no aprovechar estas saneadas recaudaciones para reinvertir en la base de nuestra economía. Ibiza ya no vive solo de promoción y de ilusiones y hay que estar activos todo el año.

sábado, diciembre 07, 2013

Las peligrosas ideas geniales

Al menos una vez al año, a veces cada par de meses, sale en Ibiza un técnico venido sabe Dios de dónde (algunos parece que vienen de las puertas del infierno, que son de secano) que propone una idea genial para solucionar definitivamente los problemas de Ibiza. Suelen quedarse en agua de borrajas, pero el peligro es cuando uno de estos nuevos políticos chupiguays modernitos adopta el hallazgo y pretende hacerlo realidad. En este caso, cielo santo, que Dios nos coja confesados.
Todos tenemos en mente algunas restauraciones en Dalt Vila que fueron en su momento nefastas. De otras ideas, desde derribar las murallas hasta fundir la estatua de Vara de Rey, mejor no olvidarse nunca, porque como siempre recordaba Albert Camus «la estupidez siempre insiste».
Recientemente tenemos el Ibiza Centro, el Cetis y alguna que otra obra proyectada que jamás –espero– se llevará a cabo.
Tiemblo ante esas grutas desatascadas de la muralla. Tiemblo ante estos proyectos de ascensores a Dalt Vila. Aquí todo el mundo quiere estampar su sello y firma. Y en caso de obras siempre nos quedará la duda de si, además, no existirá algún tipo de interés más inconfesable.
El último bodrio es el anunciado aparcamiento que pretendían construir literalmente bajo el mar, porque el Martillo está dentro de las aguas. Aquí primero se suelta la animalada, siguiendo la filosofía de Homer Simpson, se crea el problema irresoluble y cuando ya está creado se deja en herencia al desgraciado que nos suceda.
Una de las plagas de Ibiza son los vehículos. Ya lo era en 1970. No existirá ni una sola vía practicable para dar vida a la ciudad antigua y marinera que no sea apartando estos vehículos. No están estas zonas diseñadas para esto, ni cabe reforma posible que no sea respetando el espíritu y esencia de esta ciudad histórica. Punto final y ustedes hagan lo que quieran.
En efecto, he leído que esta idea del aparcamiento queda aparcada. En el fondo del mar, podríamos decir, siguiendo con el clima de humedades propias de Ibiza. Contengan la imaginación de los genios y la codicia de los malos políticos.
Más brillante, y esta sí de verdad, me resulta una frase del arqueólogo David Montanero en Ibiza. Habla de las diferencias arquitectónicas entre las casas cartaginesas y las indígenas (de Sicilia y Cerdeña, enclaves fenicios). Responde: «Por una cosa básica: el módulo rectangular o cuadrangular. Los indígenas vivían en cabañas que solo tenían un espacio. Allí hacían de todo. El módulo rectangular permitía añadir espacios y dividir actividades dentro de la casa. Ahí está el cambio que traen los fenicios» (Diario del 20 de noviembre: «Aún hay ciudades fenicias por descubrir»).
Vaya, hombre, ahora resulta que está describiendo exactamente la casa payesa ibicenca. Un recuerdo ahora para Blakstad.
Lo de ´payesa´ es un adjetivo, lo sustancial es su origen oriental, quizás fenicio o cartaginés, con las lógicas modificaciones a través del tiempo. Como es sabido y demostrado, los ibicencos y formenterenses somos fenicios.

miércoles, diciembre 04, 2013

Del olor del múrex a la WTM

El fenicio no sube a las islas Casitérides ya hace muchos años. Hace dos mil años, incluso más, los fenicios, los tartesios y los cartagineses iban a por estaño, pero a mí sinceramente, el estaño ya no me dice gran cosa. Si fuera cobre... 
Pero los fenicios de Ibiza dedicados a la promoción del turismo han llegado a la feria WTM, Wold Travel Market, Mercado Mundial del Viaje, un nombre que encantaría a cualquier cartaginés. Vivíamos del viaje, como hoy. A decir verdad, antes los viajes los hacíamos nosotros, pero hoy nos los traen hechos y empaquetados los aviones low cost a Ibiza. Antes hacíamos viajes, ahora hacemos viajeros.
En caso de duda, el fenicio se rasca la cabeza, pero cuando no hay nada que rascar, prefiere mirar bajo las faldas para tratar de encontrar el lado jocoso del asunto. Lo tiene. Para empezar, los de siempre, los talayóticos vintage del PP, nos hacen lo mismo que les hacía Franco a los rebeldes: nos han exiliado. Franco mandaba a los unamunos a la otra punta del mapa, a unas islas donde íbamos muchos los fenicios: Canarias; los mallorquines del Govern nos ha mandado a un rincón de la feria. Franco no consiguió gran cosa enquistando a Unamuno en Fuerteventura, del mismo modo que los gobernantes mallorquines no lograrán hundir Ibiza. Hay mucha Ibiza, cuando hay que armar gresca.
Pero la explicación, entre muchas posibles y mejorables, es otra: ya quisiera yo un exilio pagado en Canarias. Y la ubicación del estand de Ibiza era inmejorable, pues todos los ingleses y las inglesitas no paran de ir a mear. A mear o hacer no sé qué cosas. Entran y salen del WC con animación saltarina y grupal. Siempre me he preguntado qué hacen estos tríos de jovencitas entrando y saliendo.
Así que sin saberlo, Franco hizo un gran favor a Unamuno, como los jefes mallorquines se lo hicieron a Ibiza y Formentera. Todo Londres fue a mear a la WTM. Todo Londres pasó por Ibiza, bailoteó y se excitó –algunos supongo que no– con los ritmos de Ibiza. 
¿Qué podría hacer Mallorca para hundir a Ibiza? No les daré ideas, pero hasta hoy no lo han conseguido ni colocándonos (ya nos colocamos nosotros) al lado de los urinarios. Los perfumes de Ibiza ahogan cualquier atisbo perfumado de los mingitorios. El peligro potencial fue otro, pero de verdad que Ibiza está protegida por Baal (Tanit está hecha polvo desde el año 2000).
Y era la memoria de la prensa inglesa. Cuando leí en el Diario que Santa Eulalia recuperaba el espíritu hippy de Ibiza, con flores en el pelo y pachuli en los gayumbos, quedé temblando: ¿Se acordará la ácida prensa británica de aquella batalla campal entre 300 hippies de Santa Eulalia y la Guardia Civil? Seguro que en el Daily Mail hay fotos de aquellos hippies cabreados. Si no recuerdo mal, fue en 1971.
Paradojas de la vida que explican este acto reflejo que tiene el establihsment por recuperar la disidencia y la cultura de la queja. Los dos municipios que más persiguieron a los hippies (Formentera y Santa Eulalia) son los que más rentabilidad han extraído del hippismo. Todavía hoy, la isla arrasa y neutraliza cualquier maniobra política malévola y cualquier olor corporal que nos echen. Es más, estos olores y otros peores son la esencia de Ibiza. Ya somos inmunes.