miércoles, abril 01, 2009

Hablemos de las carabelas portuguesas



Hace tiempo que lo sé: algunos lectores se disgustan si hablo de medusas, cobras, tiburones o animales ponzoñosos y se ponen muy alegres y cantan y brincan cuando recito aquella tontería mítica que nos informa de que en Ibiza «no medran los animales ponzoñosos».
Vaya si medran. Pero no nos alarmemos.
Arañas venenosas hay varias, peces muy agresivos hay varios, pero los tiburones no se acercan a la costa baja a no ser que deriven extenuados, heridos o por cualquier otra anomalía. Claro que hay, pero jamás nadie me ha contado de tiburones que se acerquen a las playas a cazar piernas británicas.
Entre las medusas hay decenas de especies distintas, pero destaca una que por suerte no es muy habitual: la carabela portuguesa, el terror de los buceadores o surfistas y ello es así porque bucean o nadan mar adentro y en Ibiza sin trajes de neopreno.
Hablemos de este hidrozoo, del orden de los sifonóforos. La Physalia physalis se conoce por los nombres comunes de fisalia, carabela portuguesa y en inglés Portuguese man of war. La prueba de que existe en el Mediterráneo -repito, escasa- es su nombre en catalán: borra de vela.
Lo de vela y carabela es su extraña forma de un bolsón de color morado que levanta sobre la superficie permitiendo que los vientos la arrastren. Su procedencia es atlántica, por lo que parece evidente que entra por Gibraltar, aunque el Mediterráneo está ya tan alterado y alberga tantas especies exóticas que se reproducen aquí, que no me extrañaría que fueran ya nacidas en nuestras aguas calentitas.
Yo vi este caparazón o bolsa en el Malecón de La Habana. Alguien la habría sacado, o quizás una gran ola. Me puse en cuclillas, aplatufat en ibicenco, y antes de que pudiera tocarla -cosa que no habría hecho- unos chavales me gritaron espantados: «No la toques, esto es el aguamala».Y tan mala.
Bajo la corona se despliegan unos tentáculos de unos 10 metros. Letales para un buceador que sea ensartado de lleno. El veneno se compara con el de una cobra, aunque ignoro si realmente inocula un veneno o la sustancia urticante desencadena una reacción alérgica que puede acabar mal. Quizás ocurren las dos cosas.
El diario Sur (Málaga) lo publica: se ha detectado la carabela portuguesa en cantidades elevadas. Los científicos están sorprendidos, porque conocen su profusión en el Mar Cantábrico, pero no tanta densidad en las costas malagueñas.
Peligrosidad: muy elevada. La gran concentración de nematocistos y su potente veneno con propiedades neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas pueden llegar a producir un shock y el consiguiente ahogamiento, según leo en una web marina. Pero repito, en Ibiza no son descartables pero en cualquier caso son muy raras.